Juan
Carlos de Borbón y Borbón,
S.M.
Don Juan Carlos I de Borbón
y El
rey emérito
son tres formas de referirse a la misma persona, pero no significan
exactamente lo mismo. La primera hace referencia a la persona
particular, al ciudadano, con su nombre y apellidos. La segunda, a la
condición de Rey parlamentario y Jefe del Estado, según aparece en
la Constitución. La tercera, a su situación administrativa actual
tras abdicar la Corona. La persona es la misma, claro, pero conviene
tener en cuenta esas diferencias, porque no son simplemente de matiz.
Siguiendo
la tradición monárquica británica del The
King can do not wrong
—El
Rey no puede hacer mal o El Rey no puede equivocarse—, el
artículo 56.3 de la Constitución literalmente dice: La
persona del Rey es inviolable y no está sujeta a responsabilidad.
Sus actos estarán siempre refrendados en la forma establecida en el
artículo 64, careciendo de validez sin dicho refrendo, salvo lo
dispuesto en el artículo 65.2
—el
64 hace recaer la responsabilidad de sus actos en quienes los
refrenden y el 65.2 elude el refrendo y deja libertad al Rey para
nombrar a los miembros civiles y militares de su Casa.
Constitucionalmente, pues, el Rey es inviolable e irresponsable
política y jurídicamente.
El
rey emérito, sin embargo, no mantiene la inviolabilidad, aunque sí
el aforamiento, según la respuesta a la consulta informal
que hizo la ministra de Justicia a la Abogacía General del Estado.
Determinar
formalmente
si esa máxima protección constitucional afecta únicamente a su
actividad política e institucional como Jefe del Estado o si se
extiende además a sus actos privados —como
ciudadano y/o
como rey emérito—
debería haber sido ya una tarea urgente.
La Ley de Secretos Oficiales en vigor,
que regula las materias
clasificadas —los
secretos y las informaciones reservadas—,
es la de abril de 1968 rectificada en octubre de 1978. Se trata,
pues, de un texto preconstitucional redactado en plena dictadura y
modificado en el período constituyente. En la ley, se consideran
materias clasificadas, literalmente, los
asuntos, actos, documentos, informaciones, datos y objetos cuyo
conocimiento por personas no autorizadas pueda dañar o poner en
riesgo la seguridad y defensa del Estado.
Solo el Consejo de ministros y la Junta de Jefes del Estado Mayor son
competentes para determinar qué objetos son clasificados.
La
información del general Sanz Roldán, director del CNI, sobre las
grabaciones de la tal Corinna que afectan al rey emérito se ha
tratado como secreto en la comisión de control de gastos reservados
del Congreso de los Diputados, de manera que, según la Ley, se
trataría de una información que
puede
dañar o poner en riesgo la seguridad y defensa del Estado.
Pero si el contenido de las grabaciones es cierto —más
aún si es falso—,
cuesta entender de qué manera esas presuntas irregularidades
económicas, que de ser ciertas parecen hechas a título privado y en
beneficio personal, ponen en riesgo la seguridad y defensa del
Estado.
* Publicado en elperiodico.com. Entre Todos, con el título "Inviolabilidad: ¿El rey no puede equivocarse o hacer mal?
https://www.elperiodico.com/es/entre-todos/participacion/inviolabilidad-rey-puede-equivocarse-hacer-mal-182764
** Publicado en infoLibre. Librepensadores. 16.08.2018
https://www.infolibre.es/noticias/club_infolibre/librepensadores/2018/08/30/inviolable_irresponsable_85808_1043.html
*** publicado en Crónica Popular. En Candela. 17.08.2018
https://www.cronicapopular.es/2018/08/jesus-pichelinviolable-e-irresponsable/
https://www.elperiodico.com/es/entre-todos/participacion/inviolabilidad-rey-puede-equivocarse-hacer-mal-182764
** Publicado en infoLibre. Librepensadores. 16.08.2018
https://www.infolibre.es/noticias/club_infolibre/librepensadores/2018/08/30/inviolable_irresponsable_85808_1043.html
*** publicado en Crónica Popular. En Candela. 17.08.2018
https://www.cronicapopular.es/2018/08/jesus-pichelinviolable-e-irresponsable/