martes, 29 de diciembre de 2015

CUENTO DE NAVIDAD: EMPATE Y PRÓRROGA


Entre la navidad y los inocentes, la asamblea de la CUP ha terminado en prórroga de una semana tras el fabuloso empate a 1515 votos, y serán ahora los 60 miembros del Consell Polític (representantes de las asambleas locales y territoriales) y los 10 diputados del grupo parlamentario quienes decidan qué hacer. Así que el final de este cuento de nunca acabar se sabrá entre el 2 y el 9 de enero si el President en funciones Mas no hace lo que debería hacer.
Y lo que debería hacer, si es que no está pactado todo este culebrón para que la CUP se justifique ante su electorado cuando por fin le dé su apoyo, lo que debería hacer, digo, si esto no es un paripé, es convocar nuevas elecciones antes de la decisión de la CUP.
Primero, porque tomando esta decisión estaría ejerciendo de lo que se supone que es: President de la Generalitat; segundo, porque evidenciaría que es él, y no los 3030 asambleístas, quien marca los tiempos y decide las condiciones; y tercero, porque convocando elecciones haría protagonistas a todos los ciudadanos que llevan tres meses (desde las elecciones del 27 de septiembre) siendo desconcertados espectadores y que probablemente tengan algo que decir.
Me temo, sin embargo, que Mas no convocará nuevas elecciones y esperará, con la media sonrisa que le gusta lucir, la decisión de la CUP. Quizá porque sabe que ya hay cerrado un acuerdo para investir President y todo este cuento solo es utilería para disimular el rubor. O quizá porque sabe que unas nuevas elecciones le dejarían aún más desnudo.
Entretanto, con un ojo en la Moncloa y otro en Cataluña, Rajoy pide apoyos para que haya un gobierno estable y Sánchez se autopropone para liderar un gobierno de izquierdas, mientras en sus propias casas hay maniobras para moverles la silla; Rivera se ofrece para un pacto a tres que le pudiera dar algo de la relevancia que esperaba y no logró; e Iglesias marca líneas rojas confiando en el sorpasso si se repitieran las elecciones. Y el establishment nacional y europeo poniendo velas para que se materialice la gran coalición a la alemana.

martes, 22 de diciembre de 2015

POSIBLES ESCENARIOS TRAS EL 20D (II) *


Las encuestas y sondeos preelectorales no han acertado en el resultado concreto, aunque sin duda sí han acertado en la tendencia general: sobrestimaron a los emergentes (Podemos y Ciudadanos) a la vez que infravaloraban a los dos grandes partidos (PP y PSOE), pero en el pronóstico de un parlamento muy fragmentado y en la dificultad de formar gobierno, acertaron de pleno.
Parece que hay tanta dificultad para lograr pactos que desde los primeros datos solventes del escrutinio apareció el fantasma de la repetición de elecciones en primavera. Ni la suma de los resultados de los partidos supuestamente más afines (de PP y Ciudadanos, o de PSOE, Podemos, UP/IU, Ezquerra, etc.) es suficiente para garantizar la investidura del nuevo presidente, de manera que, hoy por hoy, parece que solo hay tres escenarios posibles: la repetición de elecciones en marzo; una investidura gracias a la abstención de otros (sea de Ciudadanos y PSOE, en favor del PP; sea de Ciudadanos y PP en favor del PSOE); y el pacto de gobierno de los dos mayoritarios (la gran coalición de PP y PSOE).
Repetir las elecciones sin duda favorecería a Podemos y UP/IU, suponiendo que por fin hayan entendido que el cerca del millón de votos de UP/IU (que solo han aportado dos diputados) les habría llevado claramente a la segunda posición (en votos, en porcentaje y en escaños), y perjudicaría a Ciudadanos, que seguramente ha defraudado a parte de sus votantes con su valioso, pero escaso resultado: algún votante pensará que Ciudadanos no ha sumado, como se preveía, sino que ha restado al conjunto de la derecha (del centro/derecha). Quizá beneficiase al PP precisamente por los votos que pudiera recuperar de los que se les escaparon ahora hacia Ciudadanos. Y probablemente perjudicaría al PSOE, que sigue en su persistente camino hacia la irrelevancia.
Una investidura por abstención beneficiaría claramente a Ciudadanos, que quiere verse a sí mismo como árbitro, o sea, con poder para imponer su criterio. Y perjudicaría al investido, permanente rehén de quienes necesitase su apoyo. En cualquier caso, un acuerdo así prácticamente garantizaría una legislatura inestable y breve.
Por último, la gran coalición de PP y PSOE probablemente beneficiaría al PP, que se mantendría en el gobierno (lo presidiera o no) y perjudicaría al PSOE, que de nuevo defraudaría a una parte importante de su electorado (y se estaría jugando su desaparición). Pero sería Podemos el partido verdaderamente beneficiado, presentándose como la alternativa al PPSOE (o la casta, que de ambas forman les llaman).
Cualquiera de estas opciones (o alguna otra que no se me ocurre) se realizará, claro, pero si en Cataluña por fin hay acuerdo de investidura en los próximos días (y todo apunta a que lo habrá), no tengo duda de que la gran coalición se formará, pese a que para el PSOE pueda ser una decisión definitivamente fatal.

* Publicado en elplural.es Tribuna Libre. Opinión. 22.XII.2015

miércoles, 16 de diciembre de 2015

POSIBLES ESCENARIOS TRAS EL 20D *


Si las encuestas publicadas aciertan en la tendencia, de las elecciones del próximo domingo saldrá un Congreso de los Diputados que tendrá difícil investir al nuevo Presidente del Gobierno porque ningún grupo parlamentario tendrá una mayoría suficiente si no cuenta al menos con la abstención de otros. Y en estos últimos días de campaña los dos partidos aspirantes a ser aspirantes (Ciudadanos y Podemos) se están esforzando en negar su apoyo, directo o indirecto, para la investidura de otro candidato (sea Rajoy o Sánchez).
Si eso fuera así, si no fuera posible un acuerdo de investidura, tendrían que repetirse las elecciones en primavera y, mientras, seguirían en funciones tanto el Gobierno como la Comisión Permanente del Congreso actuales. Sería algo frustrante para muchos, una muestra más de la crisis política, pero no desde luego una anormalidad democrática.
En ese escenario, hay que contar sin embargo con un elemento que podría ser determinante para alcanzar los acuerdos que ahora se niegan: el proceso secesionista de Cataluña.
El silencio que se ha producido en Cataluña desde hace unas semanas no es casual: el Parlament, que no ha sido capaz a día de hoy de investir al candidato Mas, tiene hasta el 9 de enero para llegar a un acuerdo (sea para investir a ese o a otro candidato) antes de verse obligado a repetir las elecciones, pero antes de esa fecha tope ya serán conocidos los resultados de las Elecciones Generales del 20D y, visto el reparto de escaños y las dificultades que se derivan de ello, Junts pel Sí y la CUP podrían forzar el acuerdo para formar Govern y aplicar las medidas de desconexión anunciadas.
Así, para hacer frente al soberanismo catalán, no es descartable el apoyo de Ciudadanos al PP (como apoyó a Díaz en Andalucía o a Cifuentes en Madrid), y ni siquiera es descartable la gran coalición de PP/PSOE que en su día insinuó González. Es cierto que esa alianza sería el fin del PSOE, un paso más hacia la irrelevancia, pero ya nada sorprende.

* Publicado en elplural,es Tribuna Libre. Opinión. 17.XII.2015

martes, 8 de diciembre de 2015

OTRO CONCURSO DE LA TELE *


Parece que todo el mundo está encantado con el debate a cuatro organizado y publicitado como un un acontecimiento decisivo por ATRESMEDIA CORPORACIÓN. Ganó el debate, se ha dicho, nada volverá a ser como antes. Puede ser, pero a mí me pareció un teatrillo de sobreactuaciones y de lugares comunes, una retahíla de papeles aprendidos, una impostura.
Un debate diseñado milimétricamente (el escenario, el sonido, las luces, las cámaras, las posiciones, los presentadores, etc.) y presentado a bombo y platillo como un espectáculo verdaderamente especial y distinto, como algo nuevo y decisivo.
Y sin duda ha ofrecido elementos nuevos: estaban invitados los que no están en el Congreso, pero sí en las encuestas y en los medios, y no estaban invitados los que sí están en el Congreso, pero o bien se han quedado huérfanos de medios (léase la IU de Garzón, por ejemplo) o bien son ninguneados por foráneos o por localistas.
Y más, más cosas nuevas: había cuatro invitados, pero solo tres aspirantes a presidir el futuro gobierno porque el cuarto, el presidente en funciones, el que se postula como presidente in pectore, mandó un sustituto mientras estaba no sé dónde (en Doñana, dicen). Y alguna más: tres invitados representaban a sus respectivos partidos, pero la sustituta del ausente representaba no a su partido, sino al gobierno. Hasta fue tratada como vicepresidenta (y ella se encargó de recordarlo: soy la vicepresidenta del gobierno, dijo). Y más: con la que está cayendo en Cataluña, los organizadores del debate se permitieron el lujo de dejar fuera a los nacionalistas (con los que no comulgo, por cierto).
Haciendo recuento, lo único que me gustó fue el minuto final de Iglesias (con el que tampoco comulgo) que, pese a su aroma demagógico y efectista, nos dijo la verdad de lo que no deberíamos olvidar. Todo lo demás, me pareció de plástico. Oí un montón de palabras, pero apenas oí un par de ideas. O sea, otro concurso de la tele.

* Publicado en elplural.com Opinión. Tribuna Libre. 9.XII.2015