Entre
la navidad y los inocentes, la asamblea de la CUP ha terminado en
prórroga de una semana tras el fabuloso empate a 1515 votos, y serán
ahora los 60 miembros del Consell
Polític
(representantes de las asambleas locales y territoriales) y los 10
diputados del grupo parlamentario quienes decidan qué hacer. Así
que el final de este cuento de nunca acabar se sabrá entre el 2 y el
9 de enero si el President
en funciones Mas no hace lo que debería hacer.
Y
lo que debería hacer, si es que no está pactado todo este culebrón
para que la CUP se justifique ante su electorado cuando por fin le dé
su apoyo, lo que debería hacer, digo, si esto no es un paripé, es
convocar nuevas elecciones antes
de la decisión de la CUP.
Primero,
porque tomando esta decisión estaría ejerciendo de lo que se supone
que es: President
de la Generalitat;
segundo, porque evidenciaría que es él, y no los 3030 asambleístas,
quien marca los tiempos y decide las condiciones; y tercero, porque
convocando elecciones haría protagonistas a todos los ciudadanos que
llevan tres meses (desde las elecciones del 27 de septiembre) siendo
desconcertados espectadores y que probablemente tengan algo que
decir.
Me
temo, sin embargo, que Mas no convocará nuevas elecciones y
esperará, con la media sonrisa que le gusta lucir, la decisión de
la CUP. Quizá porque sabe que ya
hay cerrado un acuerdo para investir President
y todo este cuento solo es utilería para disimular el rubor. O quizá
porque sabe que unas nuevas elecciones le dejarían aún más
desnudo.
Entretanto,
con un ojo en la Moncloa y otro en Cataluña, Rajoy pide apoyos para
que haya un gobierno estable y Sánchez se autopropone para liderar
un gobierno de izquierdas, mientras en sus propias casas hay
maniobras para moverles la silla; Rivera se ofrece para un pacto a
tres que le pudiera dar algo de la relevancia que esperaba y no
logró; e Iglesias marca líneas rojas confiando en el sorpasso
si se repitieran las elecciones. Y el establishment nacional y
europeo poniendo velas para que se materialice la gran coalición a
la alemana.
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