
Aunque
Aristóteles ya nos avisó en su Política
de que el humano, apartado de la ley y de la justicia es el peor de
los animales, inquieta pensar que un tipo aparentemente normal, que
ama a su familia, que acaricia a sus perros, que se disculpa si
tropieza con alguien apruebe sin vacilar la tortura de un ser humano.
Y que otro tipo aparentemente igual de normal y afable efectivamente
torture cruelmente, animalizando al torturado y deshumanizándose a
sí mismo.
El
zafio Donald Trump, cuadragésimo quinto Presidente de los Estados
Unidos, ya ha avisado que recuperará esa misma técnica de tortura.
El millonario hijo consentido de millonario que en primaria pegó a
su profesor de música y en secundaria le puso un ojo morado a otro
profesor, de sí mismo dice que cree en el ojo
por ojo y diente por diente,
en devolver con creces el daño recibido y en desconfiar siempre de
todo el mundo. En su Think
Big
escribió: El
mundo es un lugar cruel y brutal. Incluso tus amigos están tratando
de hacerte daño: quieren tu trabajo, quieren tu casa, quieren tu
dinero, quieren a tu esposa, incluso quieren a tu perro.
Este tipo quiere dar miedo y parece
que no tiene escrúpulos al descargar su ira y su resentimiento.
Probablemente ni lo sabe ni lo entendería si lo supiese, pero
precisamente esa es su debilidad. Por eso Putin, Xi Ping y los
ideólogos del Estado islámico están encantados.
* Publicado en elperiodico.com. Entre Todos, con el titulo Trump: el presidente del ojo por ojo, diente por diente 27.01.2017
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