Es inevitable que, en estas
situaciones de estrés extraordinario, como la crisis sanitaria que está provocando
esta pandemia, se recurra al lenguaje bélico: estamos en guerra, juntos
venceremos al virus, en esta guerra todos somos soldados, los que están en
primera línea de batalla, economía de guerra, etc. son expresiones recurrentes.
Si además se movilizan las fuerzas de seguridad y parte del ejército, ese lenguaje
parece incluso el más adecuado.
Es inevitable, pero no parece lo
más acertado porque en esta guerra el territorio que está atacando y
conquistando el enemigo es nuestro propio cuerpo, convirtiéndonos en portadores
de sus armas al hacer de nuestras mucosas mochilas explosivas contra nosotros
mismos y contra los demás.
En esta guerra todos somos
sospechosos y los Estados —unos más que otros— toman medidas excepcionales para
el control de la población: confinamientos, toques de queda, cierre de
fronteras, tomas masivas de temperatura corporal, señalamiento de los
infectados…
Los expertos han decidido —probablemente
más por razones biopolíticas que bioéticas— que, ante la escasez de camas en
las Unidades de Cuidados Intensivos, se priorice a quienes más posibilidades tienen de superar la enfermedad. Más descarnadamente —más descaradamente—, en los Países Bajos, un jefe de epidemiología critica la cultura sanitaria de Italia y España porque ellos admiten [en las UCI] a personas que nosotros no incluiríamos porque son demasiado viejas. Carne de cañón.
Es puntual, pero no casual, que algunos
energúmenos, que no pocos, hayan apedreado en La Línea de la Concepción el
autobús en el que eran trasladados veintiocho ancianos contagiados tratando de
impedirlo. Estamos defendiendo el pueblo, no hacemos nada malo, llevarlos —sic—
a otro sitio, hijos de puta, somos miles y vamos a liarla, etc. son frases
que se oyen en los vídeos que grabaron los vecinos. O sea, nos da igual que se
mueran, porque lo importante es que no nos contagien. Más carne de cañón.
Pese al lenguaje bélico, no nos engañemos: ni los sanos, ni los enfermos, ni los muertos por este virus son nuestros enemigos.
* Publicado en Crónica Popular. 4.04.2020
https://www.cronicapopular.es/2020/04/no-somos-el-enemigo/
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https://www.cronicapopular.es/2020/04/no-somos-el-enemigo/
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