La experiencia vivida subjetiva e interiorizada -la vivencia- es siempre verdadera, incluso cuando la experiencia objetivamente sea falsa o inverificable -una experiencia mística, por ejemplo-: para quien vive algo en primera persona, lo vivido es el criterio de verdad más sólido e irrefutable y de nada sirve intentar convencerle de lo contrario por muy equivocado que pudiera estar.
En su Introducción a las ciencias del espíritu (1883) ya nos advirtió Dilthey que vivencia es la unidad-estructura de actitud y contenido. Algo así como la unión de la experiencia vivida y la actitud vital de quien la vive. Por eso en la comprensión de las vivencias no entra en juego únicamente el cálculo de la pura racionalidad, sino que se combinan todos los procesos mentales de la aprehensión: la inteligencia, los sentimientos, la voluntad, la memoria, etc. y la propia biografía cultural e ideológica de la persona.
Por una parte, esto explica que un mismo acontecimiento vivido por dos personas distintas puede ser comprendido de distinta forma por ambos: el acontecimiento es el mismo, sí, pero no lo es la vivencia de cada uno si la actitud no es la misma, y lo que para uno es exilio, por ejemplo, para otro es fuga. Y explica, por otra parte, que, si la actitud de sujetos distintos es la misma ante un mismo acontecimiento, puedan agruparse en una cierta comunidad que objetive la vivencia.
Probablemente haya hoy dos millones de catalanes que se sienten personalmente heridos por los injustos encarcelamientos de los líderes independentistas, como probablemente hoy haya otros dos millones de catalanes que se sienten personalmente aliviados al saberles justamente presos. Y en ambos casos lo que sienten -la herida y la injusticia los unos; los otros el alivio y la justicia- lo sienten como irrefutablemente verdadero.
Permanecer en el estricto nivel vivencial, subjetivo, dogmática y dramáticamente firme, es impedimento suficiente para alcanzar acuerdo alguno que haga posible la convivencia de todos. El drama es que hay dos cataluñas que viven, sienten y comprenden Cataluña de forma categóricamente distinta, espejo del largo historial cainita de las dos españas.
* Publicado en elperiodico.com Entre Todos, con el título "Catalunya: vivencia frente a convivencia". 04.04.2018
https://www.elperiodico.com/es/entre-todos/participacion/catalunya-vivencia-frente-convivencia-173480
Comparto tu forma de ver el "problema catalán" que viene ya de lejos y parece que surge recurrentemente cada cierto tiempo sin visos de solución. Dos casa a añadir a la polémica: primero el déficit democrático de la secesión (no su ilegalidad o imposibilidad constitucional) Hablo aquí de la legitimidad de una opción legal. Segundo recordar que Cataluña no es una colonia o territorio de ocupación sino una unión de dos reinos que dieron lugar a una entidad superior llamada España y a la que la misma los catalanes fueron principales protagonistas. Si nos fijamos en la bandera, una enseñera modificada, la peseta y la organización territorial fueron aportaciones catalanas. ¿Por qué se invirtió más en Cataluña que pongamos en Andalucía durante el siglo XIX, situando allí precisamente la industria española? Cierto que influyó la cercanía a Europa, pero si en ese momento se hubera decidido por una orientación atlántica y no mediterránea, en estos momentos Andalucía sería la comunidad más industrializada y quizás Cataluña y Euskadi representarían las zonas menos desarrolladas. Fue una cuestión de suerte y de decisión política. Parece injusto que ahora los catalenes secesionistas nos traten al resto de los españoles como bárbaros crueles que solo queremos aprovecharnos de su emprendimiento.Creo que las soluciones para este momento pasan por un nuevo acuerdo entre el Estado español y el territorio autónomo y si en un futuro la gran mayoría de los catalanes (porcentaje que habrá que definir, no vale un mero mitad más uno) deciden que quieren separarse pues qué le vamos a hacer. Para ello convendría establecer los criterios, costes y condiciones de dichas separación como se esta haciendo con el Brexit.
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