Hace unos días, un amigo, excelente persona y profesional, ya jubilado, me preguntaba con cierta amargura: ¿de verdad puede haber tanta gente que vea bien la crispación política que hay? ¿cómo no están hartos de tanto insulto, de tanto griterío? Pregunta con respuesta desalentadora, porque probablemente cada quien pasará por alto la crispación que provocan los suyos y se escandalizará con la de los demás: los crispadores siempre son los otros. Basta para comprobarlo con leer los brutales comentarios de algunos lectores según qué artículos en qué periódicos digitales.
En estos días parece que sí ha habido alguna muestra de ese hartazgo que reclamaba mi amigo: la concurrida concentración en Colón que, pese a lo que digan los organizadores, no fue nada espectacular; y la poca incidencia que ha tenido la pretendida huelga general en Cataluña, o la escasa participación, cuarenta mil dice la Guardia Urbana, en la manifestación en Barcelona esa misma tarde. Pero quizá esto solo sea un espejismo.
Las emociones no son algo que de suyo surge espontáneamente en nosotros, sino una construcción cultural que poco a poco vamos asumiendo hasta hacerla propia. Los sentimientos de asco, de desaprobación, de ofensa, de vergüenza, etcétera se aprenden, como se aprende qué amar, ante qué compadecernos o con qué solidarizarnos: los insectos que tanto nos repugnan y jamás comeríamos son un plato exquisito para otros.
Y a las emociones apela la crispación, presentando todo machaconamente como una inaceptable ofensa a lo más valioso, como una traición, como un apocalíptico deshonor, hasta modular y modelar nuestras conciencias. Nos están haciendo pagar un precio demasiado alto para conseguir un voto más.
Y a las emociones apela la crispación, presentando todo machaconamente como una inaceptable ofensa a lo más valioso, como una traición, como un apocalíptico deshonor, hasta modular y modelar nuestras conciencias. Nos están haciendo pagar un precio demasiado alto para conseguir un voto más.
Quedan algo más de noventa días para las elecciones generales y algo más de 120 para las europeas, autonómicas y municipales. Cuatro meses para incrementar o rebajar la tensión y el ruido político. Cuatro meses para terminar de hartarnos y decirles con nuestros votos a los crispadores que basta ya.
* Publicado en Crónica Popular. En Candela. 02.03.2019
https://www.cronicapopular.es/2019/03/jesus-pichelcrispar-para-conseguir-un-voto/
* Publicado en elperiodico,com. Entre Todos, con el título "La estrategia de crispar para conseguir un voto". 04.03.2019
https://www.elperiodico.com/es/entre-todos/participacion/estrategia-crispar-para-conseguir-voto-189380
https://www.cronicapopular.es/2019/03/jesus-pichelcrispar-para-conseguir-un-voto/
* Publicado en elperiodico,com. Entre Todos, con el título "La estrategia de crispar para conseguir un voto". 04.03.2019
https://www.elperiodico.com/es/entre-todos/participacion/estrategia-crispar-para-conseguir-voto-189380
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