De
las diecisiete Comunidades y dos Ciudades Autónomas que
descentralizan la Administración del Estado, probablemente Cataluña
ha sido, desde el principio, la Comunidad que ha sabido dar el tono
de solemnidad y dignidad adecuado a sus Instituciones. La
Generalitat
de Catalunya
y los propios ciudadanos las han sabido respetar y apreciar como
propias. No creo que haya un caso similar en ninguna de las otras
Comunidades Autónomas, ni siquiera en las llamadas Comunidades
históricas.
Desde
aquel Ciutadans
de Catalunya: ja soc aquí!
que Tarradellas pronunció en la Plaça
de Sant Jaume
en 1977, dando continuidad histórica a la Generalitat,
el sentimiento nacionalista (o catalanista) ha estado detrás de ese
respeto por lo propio. De ahí la tremenda conmoción que provocó en
toda la sociedad catalana la confesión del President
Pujol y todo lo que se ha ido conociendo desde entonces sobre el
dinero sospechoso de la familia. Y de ahí el enorme daño que hizo
y hace a la Generalitat
(y al Partido que lideraba, hoy desaparecido).
Contrasta
esto con lo que está pasándonos en Madrid: el que fuera durante
nueve años vicepresidente de la Comunidad de Madrid (con Esperanza
Aguirre como Presidenta) y Presidente por herencia durante otros
tres, Ignacio González, está en la cárcel acusado de graves
delitos de corrupción. Y contrasta porque aquí, en Madrid, parece
que nada importa que haya sido la máxima autoridad de la CM; que
presidiera nuestro gobierno; que se sentara en nuestra Asamblea.
Aquí, simplemente se suma su caso como uno más entre los tantos de
corrupción de miembros destacados del Partido Popular.
No
hay en la Comunidad de Madrid apego a sus Instituciones propias,
quizá ensombrecidas por las del Estado que comparten ciudad; quizá
porque ninguno de los Presidentes que hemos tenido se ha ocupado de
dar a nuestras Instituciones propias el peso político y la
distinción que deberían tener; quizá porque aquí es misión
imposible encontrar ciudadanos con ocho
apellidos madrileños.
* Publicado en elperiodico.com Entre Todos. 03.05.2017 .
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