Ya sabíamos que la moción de censura
de Unidos Podemos no saldría adelante, que Iglesias no sería el
nuevo presidente del Gobierno, que su finalidad no era desbancar a
Rajoy sino situarse en primerísima línea política y marcar
territorio. Y si ese era el objetivo sin duda lo han logrado. Pero a
pesar del evidente éxito político obtenido, sigo pensando que la
moción ha sido un error (otro más) de UP, porque parece que aún
les importa más ser vistos como la verdadera oposición que ser
vistos como partido preparado para gobernar.
Supongo
que los discursos de Montero y de Iglesias han salido de la misma
pluma (o del mismo equipo), y sin embargo el de Montero ha sido
significativamente más sólido y más armado que el de Iglesias, con
más recursos retóricos y con una estrategia simple y demoledora:
ponerles un espejo en sus mismísimas narices a sus señorías del
PP, que han tenido que tragarse (y atragantarse) un interminable
rosario de corrupciones político-empresariales, de empresarios
corruptores y políticos corrompidos; un rosario de defraudadores, de
amnistiados fiscales y de fiscales más defensores de sus amigos que
de la ley. Todo eso que UP llama la
trama
(concepto más a mano y con menos resonancias liberales que el de
élites
extractivas
de Acemoğlu
y Robinson).
Un discurso más de oposición que de
gobierno que Montero ha defendido bien, con gravedad y soltura,
demostrando sobradamente su capacidad como portavoz, porque no es
fácil lanzarles a la cara al presidente de Gobierno, a los ministros
y a los diputados del PP una invectiva semejante con tal aplomo; no
es fácil ser inmune al miedo escénico, a los murmullos y al
ninguneo, y soltarles a la cara toda su diatriba señalándoles con
el dedo.
Contrasta ese vibrante discurso de
oposición con el discurso de gobierno de Iglesias, más plano, mucho
menos contundente: si el de Montero se construyó sobre hechos
innegables (y escandalosos) el de Iglesias recurrió a la explicación
histórica divulgativa, a un populismo sensiblero (tan de vergüenza
ajena como aquello de la niña de Rajoy) y a propuestas de gobierno
genéricas.
Habrá
que ver si UP sale reforzado de la moción, pero ya es seguro que
Montero sí sale reforzada porque probablemente nadie se esperaba ni
su contundencia ni su empaque. Toda la razón tenía Montero al
terminar cada caso de corrupción con un explícito ¡Qué
vergüenza!
porque es verdad que se les tenía que caer la cara de vergüenza.
Pero Rajoy -sabiéndose humillado por una advenediza-
no tuvo vergüenza en salir a la tribuna, ironizar torpemente, obviar
la corrupción, adornarse con el trabalenguas de rigor (y algún
zasca bien traído) y displicentemente deshacerse de Iglesias
acusándole de no dar la talla y de ser un peligro. Pero tenía cara
de haberse visto en el espejo que llevó Montero.
* Publicado en infoLibre. Librepensadores. 16.06.2017
https://www.infolibre.es/noticias/club_infolibre/librepensadores/2017/06/16/al_han_puesto_espejo_66418_1043.html
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