A
un año vista de las elecciones generales, si acaso no se adelantan,
parece que Podemos
no solo se consolida, sino que sigue sumando apoyos. Tanto, que ya
afirman a las claras que vamos
a ganar,
que el miedo y las
sonrisas han cambiado de bando.
Lenguaje mitinero, sin duda, pero
que
los partidos tradicionales ya no se toman a broma.
Decía Augusto Comte que el objetivo de la sociología (que él mismo inventó) era prévoir pour pouvoir (prever para proveer), o lo que es lo mismo, conocer la realidad de tal manera que sea posible anticipar lo que puede ocurrir y poner los medios adecuados antes de que ocurra para así minimizar los daños (o para maximizar los bienes). Y la misma receta es perfectamente aplicable a la política: prever para proveer.
Puede que el PP vuelva a ganar las elecciones de 2015 y puede que sea el PSOE quien las gane, y seguro que ambos partidos pondrán todo su empeño en conseguirlo. Pero también puede ocurrir que ambos dos (o uno de ellos) se hundan con un descalabro tan grande que peligre su propia existencia como partidos y desparezcan. Y puede ser que Podemos gane las elecciones.
Cuando Felipe González, y otras voces, lanzaron la sonda de la gran coalición de los dos partidos nacionales (PP y PSOE) probablemente estaba pensando en un escenario de descalabro de ambos (aunque seguramente no pensara aún en Podemos) por el imparable deterioro institucional. Pedro Sánchez, el actual Secretario General, descartó tal coalición pero desde luego no es descartable en un futuro y en unas condiciones determinadas (aunque previsiblemente no sería esa la solución sino el fin definitivo de ambos partidos).
Que Izquierda Unida, y muy particularmente Cayo Lara, han tomado nota en serio de lo que está pasando ya ha quedado claro con su renuncia a presentarse a las primarias, dejando así el camino más abierto a Alberto Garzón.
Cada quien en su casa sabrá qué tiene que hacer, pero no estaría mal que, previendo el batacazo que pudiera ocurrir, fueran construyendo en el PSOE, desde ya mismo, equipos alternativos y políticas nítidamente de izquierda. O sea, prever para proveer.
Publicado en elplural.com Opinión. 17.XI.2014
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