Ya
no es sorpresa que Podemos
siga creciendo en intención de voto, porque ya tampoco es sorpresa
que los partidos tradicionales los pierdan (y a la misma velocidad
que aquellos los ganan). Con un discurso transversal
(ni de izquierda ni de derecha, dicen) y una estructura asamblearia
de participación directa de ciudadanos (a través de las redes
sociales) están siendo capaces de recoger, a la vez, el voto de la
esperanza y el voto de castigo.
El voto de la esperanza de muchos ciudadanos que se han quedado sin
nada (sin trabajo, sin casa, sin cobertura social, sin comida)
pagando una crisis de la que no son culpables y que ha enriquecido (y
sigue enriqueciendo) a los que teniendo todo aún quieren más. Es la
esperanza de que las cosas pueden ser de otra manera si gobiernan los
que tienen voluntad política de que sean de otra manera y aún no
han gobernado.
Y
el voto de castigo de los millones de ciudadanos hartos de ver la
corrupción en todas las Instituciones, desde la Corona hasta el más
pequeño de los ayuntamientos, en los partidos, en las patronales, en
los sindicatos, en las Cajas... Y hartos de empresarios que con una
mano pagan sueldos miserables en condiciones precarias a los
trabajadores (y piden al gobierno despido aún más libre y bajadas
en cotizaciones sociales para reducir
costes) mientras con la otra reparten
sobres millonarios y comisiones de escándalo a los políticos
corruptos de turno. Y hartos de la impunidad. El voto de castigo de
votantes de PP y de PSOE (y de IU) hartos de oír cómo se acusan
mutuamente en vez de limpiar su casa hasta donde haga falta.
Preferiría
que fuese un partido de izquierda (no transversal),
con un programa nítido de izquierda y un discurso nítido de clase
(no de casta).
No me gustan nada ni su personalismo ni su adanismo, pero entiendo
que suban los apoyos a Podemos
porque es evidente que no han metido mano en la caja. Tan evidente
como que, en parte, Podemos
ya ha ganado porque ya ha metido el miedo en el cuerpo político del
sistema.
* Publicado en elplural.com Opinión. 03.XI.2014
* Publicado en elplural.com Opinión. 03.XI.2014
Hola profesor, enhorabuena por seguir ahí y gracias por ser como eres y te mando un saludo grande.
ResponderEliminarUna pregunta quiero hacerle: cuál es el principal motivo de que Jorge Fernández decide poner escolta a Pablo Iglesias? Un Ministro que pertenece a la casta, según Pablo, protege al líder anti-casta por excelencia, resulta cuanto menos curioso.
Un abrazo.
Ya sabes que ha recibido amenazas y que hay gente loca, así que no es un disparate que le pongan escolta.
EliminarMalo sería para el gobierno (y para el ministro) que le pasara algo a Iglesias. Malevolamente alguien podría entender que es una maniobra para presentarle como parte de esa casta que él critica. Creo, sin embargo, que la razón es la primera.
¿koki? (ni idea)