lunes, 10 de agosto de 2015

¿HACIA UNAS CORTES CONSTITUYENTES? *


El presidente Rajoy ahora sí quiere reformar la Constitución para redefinir las competencias de la administración general del Estado y fijar techo a las de las Comunidades Autónomas. O sea, que ya no queda ningún partido relevante que no quiera reformar la Constitución del 78 (o redactar una nueva), aunque evidentemente no coinciden ni en el sentido ni en el contenido de la reforma.
Si realmente es así, quizá las próximas Cortes sean de hecho Constituyentes y la legislatura (o parte de ella) deba dedicarse a la negociación y los acuerdos entre las partes para la nueva redacción, de manera que los resultados de las próximas elecciones generales y la actitud de los partidos elegidos pudieran ser determinantes. Más aún si se enquista el problema catalán.
Si la reforma fuera una revisión completa o afectase a sus aspectos fundamentales, especialmente protegidos, sería necesaria una mayoría cualificada de dos tercios en ambas cámaras (234 de los 350 Diputados y 178 de los 266 Senadores), además, la disolución de las Cortes y la convocatoria de elecciones generales para elegir un nuevo Parlamento que debería estudiar y aprobar en su caso los cambios en la misma proporción, y, aprobado el nuevo texto en las Cortes, someterlo a referéndum.
Descartado que ningún partido pudiera conseguir en solitario tal mayoría cualificada, necesariamente deberían aliarse unos u otros para votar en común. Y a nadie se escapa que no sería lo mismo un acuerdo solo entre PP y PSOE, que uno, otro o ambos, sumaran apoyos de Podemos, de Ciudadanos, de IU y/o de los nacionalistas (y regionalistas).
En aquellas Cortes de 1977 de los siete ponentes que debían ser elegidos para elaborar la Constitución (3 de la UCD de Suárez, 2 del PSOE de González, 1 del PCE de Carrillo y 1 de la Alianza Popular de Fraga, según el reparto oficial) el PSOE cedió uno de sus dos puestos a Miquel Roca i Junyent (del Pacte Democrátic per Catalunya de Pujol) para que los nacionalismos catalán y vasco participaran en el proceso. Y mal que bien, pudo redactarse una Constitución consensuada, cediendo unos y otros. Pero se ha embarrado tanto todo el sistema desde entonces que hoy no parece posible un consenso como aquel.
Y si difícil parece la reforma de la Constitución hoy, la de la ley electoral parece imposible.

* Publicado en elplural.es Opinión. Tribuna Libre. 10.08.2015

No hay comentarios:

Publicar un comentario