Visto el documento que ha presentado Iglesias Turrión al PSOE, que de facto impide la negociación para ganar la investidura y formar gobierno, supongo que en las trastiendas de los partidos ya se están planteando las estrategias para el día después a la segunda votación, que previsiblemente será dentro de diecisiete días, el sábado cinco de marzo.
Porque perdida la segunda votación de investidura de Sánchez por falta de votos necesarios, o se encuentra una solución entre el seis de marzo y el dos de mayo, o automáticamente se convocarán elecciones. Así que en lo que ocurra en esos cincuenta y ocho días puede estar la clave para que por fin haya gobierno.
Si no hay investidura en esa segunda votación, puede que Rajoy intente ser investido él, pero tanto en el PP como en el PSOE se habrá hecho evidente que ni Rajoy ni Sánchez han sido capaces de resolver el problema. Uno, por dejación, acorralado por la soledad ganada a pulso durante la legislatura anterior y por la corrupción que infesta a su partido; y el otro, por precipitación (o por su propio espíritu competitivo), atado por los vetos de su comité federal, y permanentemente burlado por el rol que le gusta jugar Podemos. En esos cincuenta y ocho días seguro que habrá movimientos en ambas sedes para moverles la silla allanando el camino hacia esa gran coalición que desea el establishment político-económico y, en el último momento (cuando apenas quede ya tiempo), formarla y evitar las nuevas elecciones.
Pero todo indica que en Podemos prefieren la convocatoria de elecciones y se apuesta por ellas porque, hoy por hoy, los sondeos apuntan a que saldría tan beneficiado en votos y escaños que podría dar la sorpresa del sorpasso. Deberían tener en cuenta, sin embargo, que Ciudadanos, poco antes del 20D, aparecía en los sondeos con una fuerza muy superior a la que realmente le dieron las urnas. Y es que lo que hoy dicen las encuestas bien puede diluirse en los ciento treinta días que quedan hasta esas hipotéticas elecciones. Ciento treinta días en los que seguirá un gobierno en funciones del PP, y el partido de Iglesias Turrión tendrá que negociar de nuevo sus acuerdos con sus socios actuales (si es que acaso ellos quieren) y con IU para que le salgan las cuentas.
Todo esto son hipótesis, claro, pero si hubiera nuevas elecciones, en la campaña electoral todos tendrán que retratarse y explicar con pelos y señales con quiénes pactarán si nadie obtiene mayoría suficiente para gobernar, porque lo que sí es seguro es que los votantes -el pueblo soberano- podremos aceptar que se repitan las lecciones, pero no estaremos dispuestos a aguantar que se repita el mismo espectáculo que nos están dando.
* publicada en elplural.com Opinión. Tribuna libre. 17.02.2016
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