miércoles, 10 de febrero de 2016

DiEM25 *


El martes 9 de febrero se ha presentado en Berlín DiEM25 (Democracy in Europe Movement 2025), la plataforma política inter-europea promovida por Varoufakys, aquel ministro griego de economía que se atrevió a negociar en pie de igualdad, de tú a tú, con sus socios/acreedores de la UE y se lo hicieron pagar: fue apartado del gobierno por su Primer ministro Tsipras.

El Manifiesto publicado (y fácilmente accesible en la web) describe una hoja de ruta de una década para democratizar la Unión Europea que, en síntesis, pretende recuperar los valores democráticos de la vieja Europa que han sido premeditadamente abandonados y sustituidos por una burocracia tecnocrática, que se presenta como neutral pero que sistemáticamente reduce todas las relaciones políticas a relaciones de poder disfrazadas de decisiones meramente técnicas. Se trata, pues, de recuperar el poder político de los ciudadanos europeos para hacer frente al poder económico de los mercados.

Hablan en el Manifiesto de una Europa de la Razón, la Libertad, la Tolerancia y la Imaginación; una Europa democrática, transparente, realista, unida, descentralizada, plural, igualitaria, social, productiva, sostenible, ecológica, tecnológica, cultural, creativa, consciente de su historia, internacionalista, pacífica, abierta y liberada.

Allá por 2003, Donald Rumfeld y Aznar se mofaban de la vieja Europa y apostaban por la nueva Europa neoliberal y neocoservadora. Desde entonces el discurso ultraliberal se ha ido convirtiendo en pensamiento único al mismo tiempo que privatizaba (y precarizaba) los sistemas de protección social, desregulaba el mercado y recortaba derechos a los ciudadanos. Y provocada la crisis financiera y económica por la codicia desregulada del propio sistema, el poder económico se ha puesto a salvo haciéndonos pagar rescates milmillonarios a los ciudadanos de a pie.

Esa Europa que inventó la democracia (el poder político de la gente, de los ciudadanos), que desde hace más de doscientos años se ha construido declarando derechos y libertades universales e inalienables de todos los ciudadanos, y protegiendo a los más desfavorecidos con sistemas sociales públicos, año a año va olvidándose de sí misma y renunciando a sí misma. 

Así que bienvenido el proyecto de Varoufakis y deseémosle toda la suerte del mundo, porque si cuaja la va a necesitar: agarrada la presa, ningún predador la suelta antes de saciarse.

* Publicado en elplural.com Opinión. Tribuna Libre. 11.02.2016

No hay comentarios:

Publicar un comentario