Los billetes de 500€ no salen del
cajero automático, ni se llevan en el monedero para pagar en el
supermercado o en la gasolinera. La gente, la inmensa mayoría de la
gente, no tiene billetes de 500€ en su casa. Los billetes de 500€
si se tienen en casa seguramente están en cajas fuertes o en los
escondites más recónditos, y si se tienen en el banco no es en la
cuenta corriente sino en una caja de seguridad. O sea, que los
billetes de 500€ no sirven para lo que sirven los billetes
normales, que es comprar mercancías, sino que sirven para otra cosa,
y desde luego no los tiene cualquier persona. Si los billetes de 500€
no están en las cuentas bancarias, no están controlados por la
Hacienda Pública y quién sabe si cumplen o han cumplido con sus
obligaciones fiscales.
El Banco Central Europeo ha decidido
no eliminarlos, como se le pedía, sino simplemente dejar de
fabricarlos a partir de 2018, a la vez que ha asegurado su valor
indefinidamente: quienes tengan esos billetes, podrán seguir
teniéndolos y, teóricamente, su valor nominal se mantendrá
intacto, aunque quizá no su valor real.
No es difícil entender que si hubiera
dado un plazo razonable para cambiarlos en los Bancos Centrales antes
de su anulación como billete de curso legal, las cantidades ocultas
que aflorarían serían más que significativas y más de uno se
encontraría en un serio atolladero fiscal para explicar su origen.
Pero eso no va a ocurrir, porque el BCE se ha encargado de impedirlo.
El BCE sabe que existen los billetes de 500€, sabe cuántos
existen, como sabe que no circulan regularmente (con regularidad,
quiero decir), pero no quiere saber ni dónde están ni quiénes los
tienen.
De hecho, puede considerarse que
quienes poseen esos billetes de 500€ saben que la decisión del BCE
va a ser un buen negocio para ellos. Y es que, sabiendo que dejarán
de fabricarse, es previsible que aún sean más codiciados por
quienes los necesitan para ocultar lo que no pueden dejar que sea
visto, y, por ello mismo, que aumenten su cotización siguiendo las
leyes del mercado capitalista: a mayor demanda y menor oferta, los
precios se disparan. Así pasó en EEUU cuando se
dejaron de fabricar los billetes de 500$
y 1000$, pero que siguen siendo de
curso legal y son muy codiciados por coleccionistas (no sé si
debería escribir coleccionistas,
en cursiva).
Aunque
supongo que dentro de dos años serán los billetes de 200€ los que
cubran el papel que ocupan los de 500€, así que quienes los mueven
y acaparan tendrán que agenciarse cajas fuertes más grandes y
utilizar más maletines, más sobres o más bolsas de basura (y otra
vez no sé si poner basura,
en cursiva).
No hay comentarios:
Publicar un comentario