En
el grave conflicto secesionista ambas partes -Gobierno y Govern-
ya han dejado suficientemente claro que no van a ceder y están
dispuestos a llegar
hasta el final
y a
lo que no queremos llegar.
Ambos presidentes son conscientes de qué se juega políticamente
quien salga derrotado de este envite.
Los
secesionistas cuentan con la movilización de una parte significativa
de la sociedad catalana dispuesta a desobedecer al Estado y a asumir
las posibles consecuencias administrativas, patrimoniales e incluso
penales. El Gobierno cuenta con la movilización de todos los
recursos del Estado -legislativos, judiciales, de orden público,
etc.- para impedir el referéndum y, en consecuencia, la hipotética
independencia. Y ambos gobiernos se mueven con un ojo puesto en las
repercusiones y reacciones internacionales que rechacen o reconozcan
la legitimidad del procés
y de la secesión.
Si nada lo remedia, el 1-O se puede
convertir en una peligrosa jornada en la que se suceda un rosario de
disparates mutuos con consecuencias imprevisibles para todos, porque,
tal como están las cosas, no es impensable que pudiera producirse
algún episodio violento de mayor o menor intensidad.
En
este contexto, y a pocos días del referéndum ilegal convocado,
puede sorprender -y resultar contradictorio con los hechos- que la
carta que han enviado Puigdemont, Forcadell, Junqueras y Colau a
Rajoy -con copia al Jefe del Estado- haga un
llamamiento al diálogo para abordar de qué manera nos podemos poner
de acuerdo para que los catalanes celebremos el referéndum. Un
diálogo abierto y sin condiciones [para
acordar un referéndum] desde
la legitimidad que cada uno representa.
Se lea como se lea, lo que se pide es negociar.
Y
efectivamente ahora ambos tienen cartas
suficientes para poner en juego en una negociación: unos, las leyes
de desconexión, la convocatoria unilateral de referéndum y la
movilización en la calle; otros, las acciones judiciales en marcha,
la intervención de las cuentas de la Generalitat
y el peso de las herramientas del Estado. Una negociación de do
tu des
(doy para que me des, doy si medas) que reinicie la situación: doy
marcha atrás si tú das marcha atrás.
Casi no hay tiempo, pero aún es
posible revertir la situación y buscar una salida política digna
para todos. Y mejor si el Congreso de los Diputados tomara cartas en
el asunto.
* Publicado en infoLibre. Librepensadores. Con el título La carta de Puigdemont. 23.09.2017
https://www.infolibre.es/noticias/club_infolibre/librepensadores/2017/09/23/la_carta_puigdemont_69840_1043.html
https://www.infolibre.es/noticias/club_infolibre/librepensadores/2017/09/23/la_carta_puigdemont_69840_1043.html
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