miércoles, 11 de octubre de 2017

PUIGDEMONT APLICA UN 155 AL GOBIERNO *


La aplicación del artículo 155 de la Constitución parte de un requerimiento al presidente de la Comunidad que no cumple las obligaciones que la Constitución le impone y, si no es atendido tal requerimiento, previa autorización del Senado por mayoría absoluta, el gobierno puede tomar las medidas que considere necesarias para hacer cumplir lo incumplido. O sea, entre el requerimiento y la aplicación de medidas coactivas hay un impasse.

Parece que Puigdemont ha utilizado un procedimiento similar: antes de hacer efectiva la independencia -que asume como mandato del referéndum- la deja en suspenso y hace un requerimiento al gobierno y a la comunidad internacional -que realmente era la destinataria del discurso- para responder a su oferta de diálogo en igualdad. O sea, un impasse para negociar.

Todo esto quiere decir sin embargo que el gobierno -si por fin aplica el 155 como parece que va a hacer- le estará diciendo a Puigdemont que si no vuelve a la legalidad constitucional, tomará las medidas necesarias para obligarle. Y que el govern le está diciendo a Rajoy que si no negocia las condiciones de la independencia de Cataluña, la declarará indefectiblemente. O sea, que realmente las posiciones no se han movido ni un milímetro y la situación sigue siendo igual de peligrosa, si no más, por las falsas expectativas de victoria que se pudieran estar provocando en unos y otros.

Quizá mientras escribo el gobierno ya haya decidido aplicar el 155 y enviar al president del govern el requerimiento formal para que vuelva a la legalidad constitucional. Pero se equivocaría si no enviara, a la vez y en justa correspondencia, una oferta clara de diálogo fijando expresamente el contenido, el calendario y los interlocutores.

En el edificio del Parlament, pero no en sede y sesión parlamentaria, el govern y los diputados independentistas han firmado el documento por el que constituyen la República catalana. Quizá hayan querido hacer un acto simbólico, pero más ha sonado a desprecio al Parlament.

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