En su Cultura
y Simulacro, Baudrillard
explica bien la diferencia sutil entre simulación y disimulación:
Disimular es fingir no tener
lo que se tiene. Simular
es fingir tener lo que no se tiene. Lo uno
remite a una presencia,
lo otro a una ausencia.
Pero en ambos casos de trata de ficción, de fingimiento, de
engaño.
Durante la noche del 20D pudimos ver
cómo los partidos más relevantes (PP, PSOE, Podemos y Ciudadanos)
disimulaban su frustración a la vez que simulaban su alegría
resaltando lo más positivo de sus resultados y obviando lo no
conseguido. O sea, nada
distinto a lo que ha venido pasando en todas las elecciones de
la vieja política.
Desde que Rajoy rechazó presentarse a
la investidura para disimular su soledad (y evitar otro fracaso),
todo este tiempo no ha sido más que una sucesión de simulacros,
fingiendo todos tener lo que realmente no tenían.
Ni Rajoy, ni Sánchez ni Iglesias
Turrión ni Rivera tenían una verdadera disposición para dialogar y
negociar, pero todos han fingido tenerla y han escenificado
simulacros de ofertas de pactos, de mesas de negociación, de
sacrificadas cesiones.
No tenía Sánchez apoyos suficientes
para ser investido, pero simuló tenerlos y el Jefe del Estado le
pidió que intentase formar gobierno. Iglesias Turrión no tenía la
iniciativa de formar gobierno, pero simuló tenerla postulándose
como vicepresidente con plenos poderes de un gobierno que solo estaba
en su cabeza mediática.
Rivera y Sánchez simularon
haber alcanzado un acuerdo común, cuando realmente cada uno de ellos
tenía un proyecto de alianzas distinto para ese mismo acuerdo (con
Podemos los de Sánchez, los de Rivera con el PP).
Todos han simulado haber hecho los
máximos esfuerzos para llegar a pactos de gobierno y evitar unas
nuevas elecciones que han simulado no querer, pero que no han sabido
o querido evitar. Y todos han querido disimular la responsabilidad de
su incompetencia echándole la culpa al vecino.
Tiene
toda la razón Mónica Oltra cuando dice que los que no han
sabido negociar no deberían volver a presentarse
a esas nuevas elecciones que tras el fracaso de la reunión entre
PSOE, Podemos y Ciudadanos ya casi son inevitables. Si son los mismos
¿por qué deberíamos
esperar que harán
entonces algo
distinto a lo que sabemos que
han hecho ahora?
Jesús, lo que yo siempre he dicho: todos mienten, lo que dicen que quieren formar gobierno en realidad no quieren y los que dicen que quieren elecciones en realidad quieren formar gobierno
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