El tres de septiembre de 2011, a propuesta del Gobierno del
PSOE y con el acuerdo sin fisuras con el PP (y otros añadidos), se votó a toda
prisa en el Congreso de los Diputados la reforma del artículo 135 de la
Constitución que, en la práctica, rompe el pacto constitucional sobre la
economía social de mercado e impone, de facto, el modelo neoliberal: menos
Estado.
En aquella votación, del grupo parlamentario Socialista dos
Diputados votaron en contra de la reforma (en rigor, solo uno, Antonio
Gutiérrez, porque el otro se disculpó ya
que votó en contra por error, según dijo) y tres más (Juan Antonio Barrio de
Penagos, José Antonio Pérez Tapias y Manuel de la Rocha, los tres de Izquierda
Socialista) se ausentaron de la votación en señal de desacuerdo. Ninguno de los
cuatro es hoy Diputado.
Este once de junio de 2014 se ha votado en esa misma Cámara,
a propuesta del Gobierno del PP y con el acuerdo sin fisuras con el PSOE (y otros
añadidos), la Ley Orgánica de Abdicación, que, en la práctica, ratifica lo que
la Constitución establece en su artículo 1.3 (la Monarquía parlamentaria como
forma política del Estado).
Esta vez han sido solo dos los Diputados díscolos en el
grupo socialista: Odón Elorza, que se ha abstenido, y Guillem García, que se ha
ausentado en señal de protesta. Todos los demás han votado obedientemente (y
supongo que algunos por real convicción).
En 1912 Pablo Iglesias (aquel Pablo Iglesias fundador del
PSOE) en esa misma sede parlamentaria dijo que no somos monárquicos porque no lo podemos ser; quien aspira a suprimir
al rey en el taller, no puede admitir otro rey. Seguramente por eso, en
mayo de 1978, cuando se votó el artículo 1.3 de la Constitución el PSOE se abstuvo
de la mano de Luis Gómez Llorente. Sin duda eran otros tiempos.
Parece que ahora este PSOE tiene una profunda vocación suicida y no acaba de entender que con estas decisiones cada vez se aleja más de sus posibles electores. Tan ensimismado está este PSOE que no es capaz de entender que está en riesgo cierto de desaparecer. Dice Rubalcaba, ya con un pie fuera de la dirección, que no va a romper el pacto constitucional y que no cabe otra posibilidad que votar afirmativamente. Y los ciento ocho Diputados con su voto dicen amén. Será curioso oír a los Diputados Madina y Sánchez cuando hablen sobre la renovación del partido.
Parece que ahora este PSOE tiene una profunda vocación suicida y no acaba de entender que con estas decisiones cada vez se aleja más de sus posibles electores. Tan ensimismado está este PSOE que no es capaz de entender que está en riesgo cierto de desaparecer. Dice Rubalcaba, ya con un pie fuera de la dirección, que no va a romper el pacto constitucional y que no cabe otra posibilidad que votar afirmativamente. Y los ciento ocho Diputados con su voto dicen amén. Será curioso oír a los Diputados Madina y Sánchez cuando hablen sobre la renovación del partido.
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