Cada día que pasa es un día más de
gobierno del PP y, sobre todo, un día menos de un posible gobierno
de otros que pusiera patas arriba las políticas que la mayoría
soberbia del PP impuso sin miramientos y en solitario durante toda la
legislatura anterior. Y cada día que pasa, saben que lo tienen un
poco más difícil para lograr esa gran coalición de gobierno a
la alemana que les salvaría de la oposición y les permitiera
salvar los muebles de esas políticas de austeridad y recortes que
eufemísticamente llaman reformistas.
Por eso mismo tan importante para
ellos es conservar el gobierno durante el máximo tiempo posible,
aunque sea en funciones, como impedir que se forme un gobierno que
les mande a la oposición. Que PSOE, Podemos, Ciudadanos,
y el resto de los grupos parlamentarios menores no se pongan de
acuerdo para investir a alguien como presidente a quien beneficia
objetivamente es al PP.
Es en ese contexto en el que creo que
debe situarse el choque institucional entre el Congreso (de los
Diputados) y el gobierno en funciones, que se ha hecho patente con el
plantón del ministro Morenés a la Comisión de Defensa y que parece
que tendrá que resolver el Tribunal Constitucional.
El gobierno en funciones se siente
liberado del control de una cámara de la que no obtuvo la confianza
y, por ello, entiende que no debe rendirle cuentas, obviando que el
Congreso (de los Diputados) es la representación de la soberanía y
el gobierno en funciones no es más que un gestor interino. En la
legislatura anterior el gobierno del PP se valió de la mayoría
soberbia que le respaldaba para hacer de su capa un sayo, y en la
actual se vale de su interinidad para seguir haciéndolo, mientras
los demás partidos se miran de reojo entre sí y hacen cuentas y
cuentos de la lechera, sin ser capaces de ponerse de acuerdo para
acabar con esa anomalía en funciones.
Que el gobierno en funciones se niegue
a someterse al control del Congreso (de los Diputados) pone en la
pista de lo que hará cuando le vayan llegando para su estudio
las proposiciones no de Ley: poner tantas trabas como pueda,
retrasar, entorpecer. Porque sabe perfectamente que cada día que
pasa es un día más que están vigentes la reforma laboral, los
recortes sociales, la LOMCE y toda su batería reformista que
con un nuevo gobierno tendrían los días contados. Hasta el 1 de
octubre (si acaso para entonces hubiera gobierno y no fuera del PP)
quedan 194 días. Y lo saben, claro que lo saben.
Totalmente de acuerdo Jesús. Los electores sancionarán a aquellos partidos que perciban como culpables de que no haya gobierno, y no está claro esa percepción. En la actual posición todos pierden, incluso el pp, que como tú dices solo se beneficia de la provisionalidad. Por eso sería conveniente formar aunque sólo sea interinamente, un gobierno para acabar con este gobierno provisional. Este gobierno interino podría estar formado por todos los partidos políticos de la oposición y llevarnos en el plazo de un año a muevas elecciones
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo Jesús. Los electores sancionarán a aquellos partidos que perciban como culpables de que no haya gobierno, y no está claro esa percepción. En la actual posición todos pierden, incluso el pp, que como tú dices solo se beneficia de la provisionalidad. Por eso sería conveniente formar aunque sólo sea interinamente, un gobierno para acabar con este gobierno provisional. Este gobierno interino podría estar formado por todos los partidos políticos de la oposición y llevarnos en el plazo de un año a muevas elecciones
ResponderEliminar