sábado, 16 de mayo de 2020

APORREANDO CACEROLAS *


En los primeros años ochenta del siglo pasado, con la carrera recién terminada, empecé a dar clase en un centro privado de la calle Núñez de Balboa de Madrid, la misma calle donde ahora se manifiestan los de las cacerolas envueltos en la bandera, la misma en la que estaba la sede de Fuerza Nueva, el partido de extrema derecha de entonces, liderado por Blas Piñar, Diputado Nacional.

Lo primero que vi el día que me incorporé al trabajo fue una pintada en la fachada de granito: “enseñanza roja, no”. Y no hacía falta especular mucho para suponer quiénes pudieron ser sus autores. Pese a todo, seguramente por su cercanía —y porque era un centro privado, caro, de cierto lujo— había matriculados todos los años un buen puñado de alumnos y alumnas que cada 20 de noviembre aparecían uniformados con su camisa azul falangista y su boina roja, desfilaban calle arriba cantando el “cara al sol” y declaraban la cercana calle Goya “zona nacional”. En febrero de 1981, durante la tarde del golpe de Tejero —y quién sabe quiénes más en la sombra— algunos de esos nos señalaron con el dedo a los profesores y nos advirtieron: “estáis en las listas”. Y sabíamos a qué se referían. Fracasado el golpe, alguno de ellos —sobrino de un ministro de la época— anuló su matrícula, valientemente, y no lo volvimos a ver.

Reunido con la madre de dos hermanos en mi hora de tutoría, me decía muy acalorada que siempre advertía a su hijo —“la niña me preocupa menos”, decía— que se tenía que esforzar porque, si no, “los de abajo nos van a pisar”. Sinceramente debo decir que yo no estaba entendiendo nada de nada —¿los de abajo? ¿Los vecinos del piso de abajo?— hasta que me lo aclaró ella: “la gente, la gentuza” y supongo que yo mismo era parte de esa gentuza para ella.

Estos mismos o sus clones actuales son los que se están manifestando aporreando las cacerolas, saltándose las normas sanitarias de distanciamiento, pidiendo grotescamente la dimisión del gobierno, porque, afortunadamente, no pueden hacer otra cosa.


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