El mayor temor que tiene hoy la
derecha —la cobarde y la hiperventilada— no es la extensión del virus y los letales
efectos sanitarios de la pandemia, ni el empeoramiento de todos los índices
macro y microeconómicos, ni el desempleo, ni las dificultades de las pequeñas empresas
—o sea, de la mayoría— para sobrevivir, ni el endeudamiento soberano. El mayor
temor, sin duda, es que el gobierno de Sánchez y sus coaligados lo haga bien.
La derecha —la que monta a caballo
y la pedestre— no soporta que Sánchez ganara la moción de censura con el apoyo
de “comunistas y separatistas”, ni soporta que el PSOE ganara las elecciones, ni
soporta que haya podido formar gobierno en coalición con Unidas Podemos,
apoyado en el Congreso por aquellos mismos que le auparon al gobierno.
Para esta derecha de las cacerolas,
que ya no aplaude a las ocho y se manifiesta codo con codo a las nueve contagiándose
la euforia de sus deseos —esperemos que solo la euforia y no el virus—, sería
absolutamente insoportable que este gobierno “social-comunista-bolivariano” como
lo llaman, enfrentándose a las cuatro crisis —la sanitaria, la económica, la
social y la territorial— las resolviese con solvencia.
La derecha de toda la vida, la neoconservadora
y la extremada, siempre ha tenido un sentimiento patrimonial del poder político,
como si les perteneciera por naturaleza porque ellos, y solo ellos, son los
verdaderos españoles. Puso en duda la victoria de González en el 93, cuando ya
se veían ganadores y perdieron —Arenas habló incluso de pucherazo—; puso
en duda la de Zapatero en el 2004, que según estos habría ganado gracias a los
terroristas, manipulando los sentimientos —Acebes habló de que habían ganado
las elecciones “con manipulaciones” y Zaplana achacó la derrota a un atentado “teledirigido”—;
y de nuevo puso en duda la legitimidad de la moción de censura que llevó a
Sánchez a la presidencia y las dos victorias electorales en 2019 —Casado le
acusó de traicionar a “todos y a todo", de dejar el gobierno “en manos de
terroristas y golpistas”, de “desmantelar el Estado”. Abascal, más franco,
directamente le acusó de “presidir un gobierno ilegítimo”.
Seguro que el gobierno ha cometido y
cometerá errores en esta crisis, como seguro que ha tenido y tendrá aciertos. Tan
seguro como probable es que otro gobierno cualquiera habría cometido los mismos
u otros errores y aciertos. No creo que ningún gobierno, ni de aquí ni de otro
país —incluidos los que han tenido más éxito—, estuviera preparado de antemano para
enfrentarse y resolver esta pandemia, que lo es por ser mundial. No es casual
que los países donde más ha dañado el virus hayan tomado decisiones similares —movilización
de los sistemas de salud, confinamiento de los ciudadanos, cierre de comercios,
paralización de parte de la industria, desinfección de instalaciones, cierra de
fronteras, etc. con mayor o menor intensidad.
¿Habría hecho esta derecha —la genovesa
y la recién llegada— algo muy distinto? ¿Quizá habría seguido el ejemplo de Donald
Trump o de Boris Johnson? ¿Quizá hubiera aplicado la App surcoreana para geolocalizar
por el móvil y las tarjetas de crédito los incumplimientos de la cuarentena? Nunca
se sabrá, claro está. De momento, lo que sabemos es que la advenediza ha votado
en contra del estado de alarma en todos los casos y la de la FAES votará en
contra a partir de ahora porque, como advirtió Casado, “hasta aquí hemos llegado”.
Como si sus verdaderas intenciones —echar a Sánchez y a los comunistas— no se
les notaran.
* Publicado en Crónica Popular. 17.05.2020
https://www.cronicapopular.es/2020/05/lo-que-temen-es-que-lo-hagan-bien/
.
https://www.cronicapopular.es/2020/05/lo-que-temen-es-que-lo-hagan-bien/
.
No hay comentarios:
Publicar un comentario