Vox se manifiesta en coche por las
calles, ondeando banderas nacionales. Los vecinos de algunos barrios pudientes
—y otros que desearían ser/vivir como esos— se manifiestan aporreando cacerolas
desde los balcones o en las calles. Insensatamente, piden la dimisión del gobierno
que, afortunadamente, por pura responsabilidad, no debería dimitir.
Tienen derecho a manifestarse, sin
duda. Se lo reconoce la Constitución que aborrecían en el año 78 y ahora dicen
defender con furor. Pero nadie duda de que, si pudieran, mañana mismo la cambiarían
por aquel Fuero de los españoles de la dictadura. Esa España una, no
unida, una, la misma para todos si es la suya, la nacionalcatólica, la del
ordeno y mando. Esa España grande, la que añora el Imperio perdido, la
que expulsa a los moros y a los judíos. Esa España libre. Libre de
quienes no piensan como ellos, libres de demócratas, de progresistas, de
socialistas, de comunistas, de ateos… de todo eso que llaman rojos.
La España azul de la camisa falangista,
más pardo que el azul de la que casualmente llevaba puesta Abascal, las mangas
remangadas, el lazo de crespón negro y bandera. La máscara verde/militar/guardiacivil
con banderita.
Espero que el gobierno se dedique a
lo que se tiene que dedicar: a seguir tomando medidas para controlar la
pandemia y asegurar todo lo posible la salud de todos. Y a no entrar, como efectivamente
está haciendo, en ese juego provocador de la derecha pendenciera: ni un
reproche, ni un comentario de censura. Al contrario, encuadrar las manifestaciones
en el ejercicio de los derechos, en la normalidad democrática, en la expresión
de unas ideas que son parte —solo parte— de la voluntad general que se expresa
en las urnas.
Y como unidad no es ni unanimidad
ni uniformidad como creen estos de las cacerolas, haría bien el gobierno de coalición
en hacer más visible lo que les une, más allá de las diferencias que pudieran tener,
porque este virus ha contaminado tanto la realidad que ahora mismo la política
no puede sino hacerle frente, incluso posponiendo los objetivos programáticos.
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