No sé qué pasará esta noche, si Madrid será elegida o no sede para los Juegos Olímpicos de 2020. Sí sé que, como siempre, estoy entre la minoría: si el 91% de los españoles está a favor de esos juegos en Madrid, yo formo parte de ese ridículo 9% que no lo está.
No estoy a favor no porque no me guste el deporte, o el espectáculo, o lo que sea eso, sino porque no llego a entender muy bien (es un decir) cómo es posible que, a la vez, se recorte en sanidad, en educación, en servicios sociales porque hay que ahorrar (eso dicen) y porque no podemos vivir por encima de nuestras posibilidades (eso también lo dicen) y, sin embargo, sí haya pasta larga para los bancos y, por lo que se ve, para eventos mediáticos pseudodeportivos y para viajes y hoteles y agasajos.
No estoy a favor no porque no me guste el deporte, o el espectáculo, o lo que sea eso, sino porque no llego a entender muy bien (es un decir) cómo es posible que, a la vez, se recorte en sanidad, en educación, en servicios sociales porque hay que ahorrar (eso dicen) y porque no podemos vivir por encima de nuestras posibilidades (eso también lo dicen) y, sin embargo, sí haya pasta larga para los bancos y, por lo que se ve, para eventos mediáticos pseudodeportivos y para viajes y hoteles y agasajos.
Si Madrid es sede olímpica se van a crear doscientos mil puestos de trabajo (dicen y dicen), pero me temo que lo dicen los mismos que aseguraban que las reformas laborales crearían empleo, pero ya sabemos qué ha pasado con esas reformas y para qué han servido: para precarizar y abaratar el trabajo y el despido; para ganar más los que siempre tienen más pero nunca bastante. Lo que sí ocurrirá, seguro, es que subirán los alquileres y el transporte, y, como ya es habitual, se irán por las rendijas del sistema un buen montón de sobres con comisiones suculentas, entre otras cosas. Vaya merchandising que se podía hacer con eso.
De todas formas tengo que hacerme mirar eso de estar siempre entre la minoría y, peor aún, juntarme siempre con los que también lo están, aunque ya lo decía Demcócrito, que era un sabio materialista: lo homogeneo con lo homogéneo.
PD: Al final, la sede elegida ha sido Tokio. La candidatura de Madrid fue la primera eliminada.
PD: Al final, la sede elegida ha sido Tokio. La candidatura de Madrid fue la primera eliminada.
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