sábado, 4 de julio de 2015

EL ORGULLO DEL NO O LA RESIGNACIÓN DEL SÍ


Tanto se repite la cantinela que parece que todos los griegos sean peluqueros prejubilados; que la mitad sean pensionistas y la otra mitad funcionarios; que todos vivan como reyes a nuestra costa. Pero es más cercano a su realidad que el PIB, tras los ajustes impuestos por los rescates, se ha retraído un 27%; que está sin empleo el 26% de la población; que el 52% de los jóvenes no tiene trabajo; que el 45% de los jubilados cobra menos de 665 € al mes (cifra que marca el umbral de pobreza) y muchos de ellos mantienen a hijos y nietos en paro; que el 40% de los niños y en total dos millones y medio de griegos viven por debajo de ese umbral.

Los acreedores internacionales (el eurogrupo, el FMI y sobre todo Alemania) quieren recuperar el dinero que les han prestado (y los intereses que han generado sus préstamos) y piden más ajustes, más recortes en las pensiones, menos gasto social. Por supuesto que saben que esos ajustes provocarán más pobreza y más sufrimiento, pero para sus cuentas ese dato es económicamente irrelevante y políticamente muy rentable: hacer fracasar las políticas del gobierno de la coalición de la izquierda radical (Syriza) e impedir que cunda su ejemplo en la Europa del sur.

A pocas horas de que se abran las urnas del referéndum convocado, no sé qué pasará, si ganará el orgullo del no o la resignación del . No sé si Grecia terminará saliendo del euro (o si será expulsada) y hasta de la Unión, si se rendirá a la disciplina de la ortodoxia neoliberal, o si será capaz de superar la situación sin quebrar y sin quebrarse. Sí sé que anteponer la riqueza de los ricos a la pobreza de los pobres no forma parte de los principios políticos y morales sobre los que se construyó Europa: en 1953 se le perdonó a Alemania el 62% de su deuda (y entre los países acreedores estaba Grecia).

No hay comentarios:

Publicar un comentario