domingo, 31 de julio de 2016

HUELE MÁS A NUEVAS ELECCIONES QUE A GOBIERNO *

A Mariano Rajoy se le dio por políticamente muerto tras las derrotas electorales de 2005 y 2008, pero mal que bien fue aguantando y, crisis mediante, consiguió ganar las elecciones de 2011 con mayoría absoluta. Desde que heredó la dirección del Partido Popular y durante todo ese tiempo, su estrategia política dentro y fuera del partido ha sido la misma: no hacer ruido, aparentar no hacer nada, revestirse de un resignado sentido común... y esperar a que sus sus adversarios se estrellen sin que a él le salpique nada porque la culpa o el error siempre es del otro, jamás suya.
Tras los resultados del 20D, viendo que no tenía apoyos suficientes para ser investido, insólitamente declinó la invitación del Jefe del Estado y se apartó a no hacer nada, a mirar cómo se esforzaban y estrellaban PSOE, Podemos y Ciudadanos. Y le funcionó: en las elecciones del 26J obtuvo catorce diputados más que en la anterior mientras que los demás o bajaron o se estancaron. Siguiendo con esa misma estrategia, el discurso actual del PP es que si Rajoy no puede ser investido es porque los demás no le dan el apoyo que necesita, como si efectivamente fuesen los otros partidos y no él quienes deberían esforzarse en hacerle a él Presidente.
Pedro Sánchez, que salió escaldado de su intento de formar gobierno con Ciudadanos y Podemos, parece que ha aprendido la lección y, tras conocerse los resultados de las nuevas elecciones, desde el minuto uno asumió su papel de oposición, marcó distancia con el PP (somos la alternativa, no la muleta del PP fue el argumento) y, a partir de ahí, silencio, esperando que sea Rajoy el que esta vez se estrelle.
¿Conseguirá Rajoy ser investido? ¿Intentará Sánchez formar gobierno si Rajoy fracasa? ¿Iremos a unas terceras elecciones? Quién lo sabe. Pero por la actitud de todos huele más a elecciones que a gobierno.

* Publicado en elperiodico.com. Entre Todos. 31.07.2016

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