Mientras
el Partido Popular tuvo mayoría absoluta tanto en el Congreso (de
los Diputados) como en el Senado, entre 2011 y 2015, legisló sin
miramientos imponiendo su mayoría como si no hubiera un mañana:
embebido en la soberbia de su imbatibilidad en el Parlamento
despreció toda negociación con los partidos de la oposición,
aprobó en solitario recortes neoliberales y leyes
ultraconservadoras, y recurrió ante el TC todo lo que no encajaba
con su forma de entender España. Pero resulta que sí había un
mañana (un después, un hoy, un ahora), y ahora que necesita
negociar para mantenerse en el gobierno, se encuentra solo porque
nadie le quiere como socio.
Para
alcanzar un
acuerdo de mínimos
que permita un gobierno estable que
pueda gobernar,
pide el PP ahora a los demás la moderación, la generosidad y el
sentido de Estado que no tuvo ni en la oposición ni en el gobierno.
El problema es que se lo pide a quienes tienen sobre sus hombros dos
pesadas cargas: lo que pasó en las dos últimas legislaturas, la de
la mayoría absoluta y la fallida del 20D (la soberbia, los recortes
sociales, las innecesarias tensiones con los nacionalismos, los
recortes de derechos y de libertades, la espantá
de Rajoy para la investidura, el suma y sigue de los casos de
corrupción, y no sé cuántos etcéteras más), y las consecuencias
que tendría ese apoyo en el futuro del país y de sus propios
proyectos políticos.
Descartado
el acuerdo de gobierno con Unidos Podemos (que Iglesias Turrión ha
decidido convertir en un
partido normal),
la realidad es que el PSOE solo tiene tes caminos: entregarse a la
gran coalición con el PP; negociar contrapartidas a cambio de la
abstención (o la ausencia) de uno, varios o todos para que gobierne
el PP; o provocar unas terceras elecciones. Susto o muerte, vaya.
Mientras
todo parece estar en stand
by,
el PNV ya ha puesto sobre la mesa la agenda
vasca
y el acercamiento de presos, quizá esperando averiguar si Rajoy o
Sáenz de Santamaría hablan euskera en la intimidad.
* Publicado en elperiodico.com Entre Todos, con el título El pasado del PP se vuelve ahora en su contra. 09.07.2016
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