El asunto de la elección de un nuevo Secretario General del PSOE es, sin duda, un asunto interno, propio del partido y de sus militantes, pero no es solo un asunto interno porque el resultado de esa elección tendrá consecuencias en la política y, por ello mismo, en todos los ciudadanos.
Que las políticas del PSOE sean más, menos o nada tolerantes con el neoliberalismo dominante; que colabore con el capitalismo desregulado o que decida ponerle frenos legales; que se oriente hacia un centro-izquierda que coquetea con la derecha o hacia una izquierda nítida claro que tiene consecuencias en la vida de los ciudadanos, sean socialistas o no, simpatizantes o no, votantes o no.
Que las políticas del PSOE sean más, menos o nada tolerantes con el neoliberalismo dominante; que colabore con el capitalismo desregulado o que decida ponerle frenos legales; que se oriente hacia un centro-izquierda que coquetea con la derecha o hacia una izquierda nítida claro que tiene consecuencias en la vida de los ciudadanos, sean socialistas o no, simpatizantes o no, votantes o no.
Pero
esas políticas -las que sean- no llegarán llovidas del cielo, sino
de la nueva dirección del PSOE y, sobre todo, de la nueva forma en
que se organice: si realmente quieren hacerse creibles, antes que
nada tendrán que poner orden en su casa y eliminar toda sospecha de
personalismos, de provechos
propios, de abusos personales y, por
supuesto y sobre todo, de corrupción. Si
ese partido sigue
siendo visto por los ciudadanos como una plataforma de ambiciones
personales y de privilegios (como esa casta
que rentabiliza Podemos), nada habrán adelantado con todo este
proceso de candidatos y primarias. O lo que
es lo mismo: ese giro a la izquierda también debe darse de puertas
adentro.
A ver qué pasa este lunes en el anunciado debate a tres. Mientras, insisten en algunos medios en dar a unos candidatos más posibilidades que a otros; en otros insisten en que no hay diferencias sustanciales entre los tres (Sánchez, Madina y Pérez Tapias), sino matices insignificantes; e insisten otros más en sostener que ninguno de los candidatos tiene un verdadero programa para España, como si fueran más de lo mismo. Y seguro que los tres están tomando buena nota de todo ello. Pero quienes tienen la palabra no somos quienes publicamos palabras, sino los casi doscientos mil militantes convocados a votar. Así que esperemos que ellos sepan acertar con el más adecuado para ellos mismos y para todos los ciudadanos.
A ver qué pasa este lunes en el anunciado debate a tres. Mientras, insisten en algunos medios en dar a unos candidatos más posibilidades que a otros; en otros insisten en que no hay diferencias sustanciales entre los tres (Sánchez, Madina y Pérez Tapias), sino matices insignificantes; e insisten otros más en sostener que ninguno de los candidatos tiene un verdadero programa para España, como si fueran más de lo mismo. Y seguro que los tres están tomando buena nota de todo ello. Pero quienes tienen la palabra no somos quienes publicamos palabras, sino los casi doscientos mil militantes convocados a votar. Así que esperemos que ellos sepan acertar con el más adecuado para ellos mismos y para todos los ciudadanos.
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