domingo, 26 de agosto de 2012

EN EL VALLE DE LOS CAÍDOS NO CRECEN AMAPOLAS *

De paso por Londres coincidí hace pocos días con la celebración del Poppy Day, Día del Armisticio o Día del Recuerdo. A las once de la mañana del día once del mes once, la ciudad se paraliza durante dos minutos de silencio y miles de cruces, estrellas de David y Medias Lunas (muchas de ellas con nombres y fechas), adornadas todas con amapolas, llenan los monumentos a los caídos en todas las guerras y los jardines de las iglesias. Alguna banda de música de veteranos recorría las calles; gente, mucha gente lleva en la solapa una amapola. Por supuesto también hay alguna manifestación contra las guerras (particularmente contra la operación actual en Afganistán). 

Si soy sincero, tuve sentimientos encontrados: si por una parte me impresionó el tono cívico y enormemente respetuoso de la celebración, por otra me desagradó el fondo de exaltación bélica. En esa sensación agridulce inevitablemente pensé en la imposibilidad de que en nuestro país se celebrara algo parecido: la guerra que aquí nos duele aún es la guerra civil, la guerra de unos ciudadanos españoles contra otros ciudadanos igualmente españoles.

Durante la dictadura se honró únicamente a los muertos de los vencedores y se despreció y ocultó sistemáticamente a los muertos de los vencidos. Muerto el dictador, la transición democrática hizo suya la idea de reconciliación nacional y, queriendo poner punto final a todo enfrentamiento, guardó silencio sobre todos aquellos oscuros años. Pero callar el dolor no es hacerlo desaparecer.

Probablemente la Ley de Memoria Histórica ha querido, para bien o para mal, dar voz a ese dolor que nos acompaña aún hoy y recuperar los cuerpos y el honor de aquellos otros muertos, anónimos y desaparecidos durante tantos años.

Yo no sé si hay que volar la Cruz de los Caídos –como pide el Foro de la Memoria-, desmantelarla con exquisitez –como dice Sopena- o dejarla como está. Sí sé que, por la cruz, por los caídos que recuerda, por los enterrados en la Basílica y por el uso que se le ha venido dando, el monumento no es ni de todos, ni para todos.


* Publicado en Elplural.com. Opinión. 24.XI.2010. Lo recupero ahora tras leer hoy la noticia en ECD sobre las 51000 de visitas turísticas a la cruz desde que se ha reabierto al público.

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