martes, 29 de diciembre de 2015

CUENTO DE NAVIDAD: EMPATE Y PRÓRROGA


Entre la navidad y los inocentes, la asamblea de la CUP ha terminado en prórroga de una semana tras el fabuloso empate a 1515 votos, y serán ahora los 60 miembros del Consell Polític (representantes de las asambleas locales y territoriales) y los 10 diputados del grupo parlamentario quienes decidan qué hacer. Así que el final de este cuento de nunca acabar se sabrá entre el 2 y el 9 de enero si el President en funciones Mas no hace lo que debería hacer.
Y lo que debería hacer, si es que no está pactado todo este culebrón para que la CUP se justifique ante su electorado cuando por fin le dé su apoyo, lo que debería hacer, digo, si esto no es un paripé, es convocar nuevas elecciones antes de la decisión de la CUP.
Primero, porque tomando esta decisión estaría ejerciendo de lo que se supone que es: President de la Generalitat; segundo, porque evidenciaría que es él, y no los 3030 asambleístas, quien marca los tiempos y decide las condiciones; y tercero, porque convocando elecciones haría protagonistas a todos los ciudadanos que llevan tres meses (desde las elecciones del 27 de septiembre) siendo desconcertados espectadores y que probablemente tengan algo que decir.
Me temo, sin embargo, que Mas no convocará nuevas elecciones y esperará, con la media sonrisa que le gusta lucir, la decisión de la CUP. Quizá porque sabe que ya hay cerrado un acuerdo para investir President y todo este cuento solo es utilería para disimular el rubor. O quizá porque sabe que unas nuevas elecciones le dejarían aún más desnudo.
Entretanto, con un ojo en la Moncloa y otro en Cataluña, Rajoy pide apoyos para que haya un gobierno estable y Sánchez se autopropone para liderar un gobierno de izquierdas, mientras en sus propias casas hay maniobras para moverles la silla; Rivera se ofrece para un pacto a tres que le pudiera dar algo de la relevancia que esperaba y no logró; e Iglesias marca líneas rojas confiando en el sorpasso si se repitieran las elecciones. Y el establishment nacional y europeo poniendo velas para que se materialice la gran coalición a la alemana.

martes, 22 de diciembre de 2015

POSIBLES ESCENARIOS TRAS EL 20D (II) *


Las encuestas y sondeos preelectorales no han acertado en el resultado concreto, aunque sin duda sí han acertado en la tendencia general: sobrestimaron a los emergentes (Podemos y Ciudadanos) a la vez que infravaloraban a los dos grandes partidos (PP y PSOE), pero en el pronóstico de un parlamento muy fragmentado y en la dificultad de formar gobierno, acertaron de pleno.
Parece que hay tanta dificultad para lograr pactos que desde los primeros datos solventes del escrutinio apareció el fantasma de la repetición de elecciones en primavera. Ni la suma de los resultados de los partidos supuestamente más afines (de PP y Ciudadanos, o de PSOE, Podemos, UP/IU, Ezquerra, etc.) es suficiente para garantizar la investidura del nuevo presidente, de manera que, hoy por hoy, parece que solo hay tres escenarios posibles: la repetición de elecciones en marzo; una investidura gracias a la abstención de otros (sea de Ciudadanos y PSOE, en favor del PP; sea de Ciudadanos y PP en favor del PSOE); y el pacto de gobierno de los dos mayoritarios (la gran coalición de PP y PSOE).
Repetir las elecciones sin duda favorecería a Podemos y UP/IU, suponiendo que por fin hayan entendido que el cerca del millón de votos de UP/IU (que solo han aportado dos diputados) les habría llevado claramente a la segunda posición (en votos, en porcentaje y en escaños), y perjudicaría a Ciudadanos, que seguramente ha defraudado a parte de sus votantes con su valioso, pero escaso resultado: algún votante pensará que Ciudadanos no ha sumado, como se preveía, sino que ha restado al conjunto de la derecha (del centro/derecha). Quizá beneficiase al PP precisamente por los votos que pudiera recuperar de los que se les escaparon ahora hacia Ciudadanos. Y probablemente perjudicaría al PSOE, que sigue en su persistente camino hacia la irrelevancia.
Una investidura por abstención beneficiaría claramente a Ciudadanos, que quiere verse a sí mismo como árbitro, o sea, con poder para imponer su criterio. Y perjudicaría al investido, permanente rehén de quienes necesitase su apoyo. En cualquier caso, un acuerdo así prácticamente garantizaría una legislatura inestable y breve.
Por último, la gran coalición de PP y PSOE probablemente beneficiaría al PP, que se mantendría en el gobierno (lo presidiera o no) y perjudicaría al PSOE, que de nuevo defraudaría a una parte importante de su electorado (y se estaría jugando su desaparición). Pero sería Podemos el partido verdaderamente beneficiado, presentándose como la alternativa al PPSOE (o la casta, que de ambas forman les llaman).
Cualquiera de estas opciones (o alguna otra que no se me ocurre) se realizará, claro, pero si en Cataluña por fin hay acuerdo de investidura en los próximos días (y todo apunta a que lo habrá), no tengo duda de que la gran coalición se formará, pese a que para el PSOE pueda ser una decisión definitivamente fatal.

* Publicado en elplural.es Tribuna Libre. Opinión. 22.XII.2015

miércoles, 16 de diciembre de 2015

POSIBLES ESCENARIOS TRAS EL 20D *


Si las encuestas publicadas aciertan en la tendencia, de las elecciones del próximo domingo saldrá un Congreso de los Diputados que tendrá difícil investir al nuevo Presidente del Gobierno porque ningún grupo parlamentario tendrá una mayoría suficiente si no cuenta al menos con la abstención de otros. Y en estos últimos días de campaña los dos partidos aspirantes a ser aspirantes (Ciudadanos y Podemos) se están esforzando en negar su apoyo, directo o indirecto, para la investidura de otro candidato (sea Rajoy o Sánchez).
Si eso fuera así, si no fuera posible un acuerdo de investidura, tendrían que repetirse las elecciones en primavera y, mientras, seguirían en funciones tanto el Gobierno como la Comisión Permanente del Congreso actuales. Sería algo frustrante para muchos, una muestra más de la crisis política, pero no desde luego una anormalidad democrática.
En ese escenario, hay que contar sin embargo con un elemento que podría ser determinante para alcanzar los acuerdos que ahora se niegan: el proceso secesionista de Cataluña.
El silencio que se ha producido en Cataluña desde hace unas semanas no es casual: el Parlament, que no ha sido capaz a día de hoy de investir al candidato Mas, tiene hasta el 9 de enero para llegar a un acuerdo (sea para investir a ese o a otro candidato) antes de verse obligado a repetir las elecciones, pero antes de esa fecha tope ya serán conocidos los resultados de las Elecciones Generales del 20D y, visto el reparto de escaños y las dificultades que se derivan de ello, Junts pel Sí y la CUP podrían forzar el acuerdo para formar Govern y aplicar las medidas de desconexión anunciadas.
Así, para hacer frente al soberanismo catalán, no es descartable el apoyo de Ciudadanos al PP (como apoyó a Díaz en Andalucía o a Cifuentes en Madrid), y ni siquiera es descartable la gran coalición de PP/PSOE que en su día insinuó González. Es cierto que esa alianza sería el fin del PSOE, un paso más hacia la irrelevancia, pero ya nada sorprende.

* Publicado en elplural,es Tribuna Libre. Opinión. 17.XII.2015

martes, 8 de diciembre de 2015

OTRO CONCURSO DE LA TELE *


Parece que todo el mundo está encantado con el debate a cuatro organizado y publicitado como un un acontecimiento decisivo por ATRESMEDIA CORPORACIÓN. Ganó el debate, se ha dicho, nada volverá a ser como antes. Puede ser, pero a mí me pareció un teatrillo de sobreactuaciones y de lugares comunes, una retahíla de papeles aprendidos, una impostura.
Un debate diseñado milimétricamente (el escenario, el sonido, las luces, las cámaras, las posiciones, los presentadores, etc.) y presentado a bombo y platillo como un espectáculo verdaderamente especial y distinto, como algo nuevo y decisivo.
Y sin duda ha ofrecido elementos nuevos: estaban invitados los que no están en el Congreso, pero sí en las encuestas y en los medios, y no estaban invitados los que sí están en el Congreso, pero o bien se han quedado huérfanos de medios (léase la IU de Garzón, por ejemplo) o bien son ninguneados por foráneos o por localistas.
Y más, más cosas nuevas: había cuatro invitados, pero solo tres aspirantes a presidir el futuro gobierno porque el cuarto, el presidente en funciones, el que se postula como presidente in pectore, mandó un sustituto mientras estaba no sé dónde (en Doñana, dicen). Y alguna más: tres invitados representaban a sus respectivos partidos, pero la sustituta del ausente representaba no a su partido, sino al gobierno. Hasta fue tratada como vicepresidenta (y ella se encargó de recordarlo: soy la vicepresidenta del gobierno, dijo). Y más: con la que está cayendo en Cataluña, los organizadores del debate se permitieron el lujo de dejar fuera a los nacionalistas (con los que no comulgo, por cierto).
Haciendo recuento, lo único que me gustó fue el minuto final de Iglesias (con el que tampoco comulgo) que, pese a su aroma demagógico y efectista, nos dijo la verdad de lo que no deberíamos olvidar. Todo lo demás, me pareció de plástico. Oí un montón de palabras, pero apenas oí un par de ideas. O sea, otro concurso de la tele.

* Publicado en elplural.com Opinión. Tribuna Libre. 9.XII.2015

lunes, 28 de septiembre de 2015

FRACTURA CIVIL II *


El pasado día 2 de septiembre, tras un breve viaje a Cataluña, hablaba aquí mismo de la fractura civil que había provocado entre los ciudadanos catalanes la convocatoria del plebiscito secesionista disfrazado de elecciones autonómicas. No digo fractura política, sino civil.

Las dos opciones secesionistas, la coalición de CDC y ERC, por una parte, y la CUP por otra, sí han planteado un escenario de fractura política, pero lo que hoy por hoy han conseguido es la fractura civil de sus conciudadanos.

Hay fractura política cuando los gobernados no reconocen legitimidad a los gobernantes, y sin duda esa es la pretensión del independentismo: la ruptura con el Estado español, no reconociéndole autoridad sobre una Cataluña pretendidamente soberana. Pero a la vista de los resultados no parece que esa sea la posición general de los catalanes, que podrán discrepar radicalmente del gobierno de turno (autonómico o nacional), pero que no ponen en entredicho su legitimidad para gobernar.

Lo hayan querido o no, los catalanes se han visto obligados a elegir entre el y el no, más allá de sus preferencias ideológicas, de manera que en el a la independencia la burguesía tradicional ha compartido cama política con la izquierda burguesa, y mesa y mantel con la anticapitalista, y en el no se han visto envueltos todos los demás, desde la derecha mas rancia del PP a los transversales de Podemos. En este plebiscito enmascarado no ha entrado en juego la disputa entre ideologías, sino entre catalanes. Esa es la fractura. 
 
Con algo más del 99% escrutado ganan en escaños los soberanistas (72), pero en porcentaje de voto ganan los no soberanistas (en torno a un 52%); gana en escaños (62) la coalición soberanista de CDC y ERC, pero necesitan para gobernar a la CUP (10 escaños) que de ninguna manera acepta la presidencia de Mas (y podría abstenerse); pierden todos los demás, pero ganarían si se unieran en una unión imposible (de 63 escaños) entre Ciutadans, PSC, Catalunya Sí que es Pot y PP (y la CUP se abstuviera).

Los secesionistas dicen sentirse legitimados para continuar el procés d'independència obviando a más de la mitad de la población catalana que ha elegido una opción distinta. Es su forma de explicitar que el nacionalismo está para ellos por encima de cualquier consideración.

* Publicado en elplural.com Opinión. 28.09.2015

lunes, 21 de septiembre de 2015

SENTIRSE ESPAÑOL, O NO. *


Fernando Trueba, al recoger el Premio Nacional de Cinematografía, ha dicho que nunca se ha sentido español, ni cinco minutos. Y se ha montado un buen lío: descalificaciones, insultos y sobre todo reproches por no rechazar el premio. Como si sentirse español fuera obligatorio.
 
En estos tiempos de fervores nacionalistas, donde sin pudor se hacen públicos los sentimientos de cada quien (yo me siento catalán, yo me siento español, yo me siento tan español como catalán, se oye decir), a quienes no somos nacionalistas, nada nacionalistas, de ningún nacionalismo, nos reconforta oír cómo alguien no tiene ningún sentimiento nacional.

En los sentimientos no manda nadie, ni siquiera uno mismo, y ni se puede impedir ni se puede obligar a alguien a tener tales o cuales sentimientos, de manera que a nadie puede extrañar que alguien se sienta lo que sea o no se sienta como otros quisieran que se sintiera. Hacer obligatorio un determinado sentimiento inevitablemente lleva a la violencia, como continuamente vemos en los crímenes de género.

Mi DNI me identifica como ciudadano del Estado español, y me parece bien (ejerzo mis derechos, pago mis impuestos, procuro cumplir las leyes, etc.), pero desde luego no me obliga a sentirme madrileño, español, europeo o ciudadano del mundo. Mi DNI habla de mi personalidad jurídica, pero afortunadamente nada dice ni de mis afectos ni de mis emociones.

El ministro de Educación, Cultura y Deporte, Íñigo Méndez de Vigo, en respuesta al discurso de Trueba, dijo que él sí se siente español y que se alegra de las victorias de España. Seguro que el ministro, nacido en Tetuán cuando era colonia española (y que hoy es parte de Marruecos) entenderá bien que sería inútil forzarle para que se sintiera marroquí.

* Publicado en elplural.com Opinión. 21.09.2015

domingo, 13 de septiembre de 2015

LEADER OF THE LABOUR PARTY *


Las políticas neoliberales de la mal llamada austeridad, que realmente son políticas de recortes sociales que aumentan la desigualdad y la pobreza (la austeridad no es ni para todo ni para todos, sino para los más desprotegidos) y la corrupción, que aparece por cualquier rincón del entramado político/empresarial (no hay corrompidos sin corruptores) han provocado la aparición de nuevos grupos políticos (espacios de encuentro, mareas, círculos, nodos, plataformas, partidos, etc.) que recogen la indignación y el hartazgo de muchos ciudadanos.

Ciudadanos que poco a poco se han ido desvinculando de los partidos tradicionales, sean socialistas o populares, porque o les culpan de la precariedad impuesta por la austeridad, o les ven incapaces de hacer políticas distintas a las que manda el mercado.

El Partido Laborista británico, sin embargo acaba de elegir como líder a Jeremy Corbyn, laborista nítidamente de izquierda, siempre díscolo con aquella tercera vía de Tony Blair, aquel nuevo laborismo que efectivamente era nuevo, pero no era laborista (socialista). Blair, como antes hizo González en España, ganó el gobierno, pero abandonó la izquierda asumiendo en parte las tesis del neoliberalismo de Tatcher (privatizaciones del sector público, reformas laborales, ruptura con los sindicatos, desregulación, etc.).

Corbyn, diputado desde hace 32 años, ha sido elegido en contra del criterio de staff del partido y de la mayoría de los diputados de su grupo, de manera que sin duda encontrará críticas y obstáculos no solo del Partido Conservador, los torys, sino de su propio partido (y de la prensa) por sus propuestas socialistas y su defensa de la clase trabajadora. En nuestro país es impensable que un diputado díscolo lo sea durante años: a las primeras de cambio, los dirigentes de turno le excluirían de las listas electorales y sanseacabó. Suerte para este viejo laborista que el sistema electoral británico no es el nuestro y es elegido directamente por los ciudadanos de su circunscripción.

Los militantes y simpatizantes laboristas acaban de dar una muy útil lección a los partidos socialistas de toda Europa. Habrá que ver si son capaces de entenderla, aprenderla y aplicarla.

* Publicado en elplural.com Opinión. 14.09.2015

martes, 8 de septiembre de 2015

UN 0.032% DE LA POBLACIÓN


Libertad, igualdad y fraternidad son los valores que están en la fundamento de la cultura europea moderna desde la ilustración del s. XVIII; son los valores de la vieja Europa que el neoliberalismo tatcheriano ha venido poniendo en cuestión desde los años ochenta del siglo pasado y que cada día es más dominante.

Este neoliberalismo entiende la libertad como libre uso de la propiedad individual (de ahí su mensaje machacón sobre menos impuestos, menos Estado, copago de servicios sociales, privatizaciones de bienes y servicios comunes, etc.); la igualdad, exclusivamente como igualdad de oportunidades teórica (nunca de resultados finales) regulada por una no menos teórica meritocracia; y la fraternidad, la solidaridad, como algo propio de la conciencia de los individuos y como un asunto de las organizaciones no gubernamentales de voluntarios y cooperantes.

Parece que, efectivamente, Europa ha renunciado a sí misma y el horror de ver al niño sirio muerto en la playa dura lo que duren las noticias sobre él en los telediarios.

La Unión Europea, que tiene actualmente en torno a 507 millones de habitantes (incluidos unos 20 millones de inmigrantes no comunitarios, apenas un 4% del total), vive como una grave crisis el tener que dar asilo a 120.000 refugiados que huyen de la guerra, y sus 28 socios se pelean por la cantidad de refugiados que están dispuestos a acoger. Y hasta un Primer Ministro (el tal Viktor Orban de Hungría) amenaza con mandar al ejército para frenar a inmigrantes y refugiados.
 
España tiene actualmente unos 46 millones de habitantes y el Gobierno de Rajoy pone obstáculos para acoger a los 15.000 refugiados que la UE le asigna, alegando el elevadísimo número de parados que tenemos. 15.000 personas son el 0,032% de la población española; menos del 20% de la capacidad de un estadio de fútbol.


miércoles, 2 de septiembre de 2015

FRACTURA CIVIL *


La semana pasada he estado unos días en un pueblo no lejos de Barcelona, en la costa. La verdad es que apenas vi senyeras esteladas, ni carteles ni pintadas independentistas, pero muchas de las conversaciones giraban en torno al 27 de septiembre. Por supuesto que estas experiencias particulares no son significativas y desde luego no sirven para sacar conclusiones fundadas, pero, por lo que valga, cuento lo que me fueron diciendo y lo que pude percibir.

Y lo que me dijeron es que efectivamente en el pueblo no se habla de otra cosa; que algunos sí tienen claro que apoyarán el , pero que muchos vecinos, fieles votantes de CiU durante años, no saben qué hacer, ni a quién votar y no descartan abstenerse porque se han quedado sin opciones: jamás votarían a partidos españolistas (PP y Ciutadans -alguno incluyó al PSC-) y tras la ruptura de CiU, por una parte, ven a la UDC de Duran i Lleida demasiado tibia (demasiado madrileño, me dijo alguien hablando de Duran) y, por otra, no se fían de la integración de la CDC de Mas en la candidatura de Junts pel junto a la ERC de Junqueras.

En algo sí coincidían todos con los que hablé: los culpables de esta situación son a partes iguales Mas y Rajoy (a veces decían el PP, o Madrid, pero refiriéndose a lo mismo), que no han querido o no han sabido negociar una solución cabal al problema.

Me preocupó que me dijeran que en el pueblo ya hay corrillos que señalan a los nacidos fuera de Cataluña (o a hijos de nacidos fuera de Cataluña) y, sobre todo, que señalan a los independentistas y a los unionistas declarados.

No sé si el día 27 ganará el o el no, ni si Cataluña se independizará de España o no, pero sí me ha quedado claro en estos pocos días que el proceso de secesión ya ha provocado, más allá de división política, una seria fractura civil entre los catalanes que será difícil de reparar. Y más difícil será con medidas como la reforma urgente y ad hoc de la Ley Orgánica del Tribunal Constitucional (la LOTC de 1979) que acaba de anunciar el PP.

* Publicado en elplural.com Opinión. 02.09.2015

domingo, 30 de agosto de 2015

LA SOMBRA DE LA FÓRMULA ALEMANA

Las elecciones generales del próximo diciembre, si se cumple el calendario previsto, sin duda estarán marcadas por las autonómicas catalanas del 27 de septiembre, sea cual sea su resultado. Si gana el sí, porque los acontecimientos se irán precipitando en los meses siguientes y el gobierno del PP de Rajoy deberá tomar decisiones graves y muy comprometedoras, y los demás partidos inevitablemente tendrán que tomar posiciones ante todo ello; si gana el no, porque de alguna forma habrá que recomponer la división causada en Cataluña (y en el resto de España) por un fracasado proceso secesionista y, más que probablemente, negociar soluciones con la Generalitat salida de las urnas, si acaso no una reforma constitucional (que requeriría mayorías amplias).

A pocas horas de que comience de hecho el nuevo curso político, el Presidente Rajoy ha dicho en Soutomaior, aludiendo a una supuesta coalición tras las elecciones entre Podemos y el PSOE, que es lo peor que le puede pasar a este país. Ha hablado, además, de la estabilidad política que se precisa para la definitiva recuperación económica y ha advertido que el único problema en el horizonte es la deriva del PSOE hacia la radicalización y el extremismo.

Por su parte, el Secretario General del PSOE, Pedro Sánchez, acaba de decir que nunca pactaría con el PP, aunque sí con otros partidos (con Podemos, Ciudadanos, PNV o Coalición Canaria), a la vez que critica el populismo de Podemos (que, según Sánchez, se ha quedado sin argumentos tras la rendición de Tsipras aceptando las condiciones del tercer rescate). E Íñigo Errejón, hace apenas quince días, decía que no hay nada que hablar con el PSOE de gobierno cuya última decisión fue indultar a un banquero, aunque no descarta pactar con otro PSOE.

Faltan cuatro meses para las elecciones y, aunque parezca contradictorio con todo lo anterior, me temo que todo huele a preparación para formar la gran coalición PP/PSOE (aquella que sugería Felipe González hace quince meses); que los discursos electoralistas de puertas a fuera nada tienen que ver con los contactos de puertas a dentro que muy probablemente ya se están produciendo; que la sombra de la fórmula alemana (la coalición de la UDC de Merkel y el SPD de Gabriel) es tan alargada que puede servir de excusa a ambos partidos para desdecirse de sus reproches mutuos; que una vez más la izquierda, ensimismada y dividida, verá cómo el stablishment gana la partida.


sábado, 22 de agosto de 2015

LÁGRIMAS Y SUFRIMIENTO


Cuenta el Presidente Rodríguez Zapatero en El Dilema (su libro de memorias sobre los 600 días en que gestionó la crisis) parte de la conversación que tuvo el 9 de mayo de 2010 (solo unas horas antes de la negociación con los ministros del eurogrupo sobre el posible rescate de España) con el vicepresidente de Estados Unidos Joe Biden. Con crudeza, Biden le advirtió que solo sería creíble para los mercados si sometes a los ciudadanos a pruebas difíciles, si los sindicatos rechazan abiertamente tu política, en definitiva, si hay lágrimas y sufrimiento. El día 12 el Presidente anunció en el Congreso de los Diputados los brutales recortes que padecimos: una reducción de 15.000 millones en el gasto público (y que aún padecemos junto con los recortes añadidos por el Presidente Rajoy). El 27 de septiembre de 2011 se promulgó la reforma del artículo 135 de la Constitución, que prioriza el pago de la deuda. Los mercados ganan, España pierde.

Hace apenas cinco semanas, el 19 de julio, El Presidente griego Alexis Tsipras aceptó las crueles condiciones para un tercer rescate en Grecia, después de un durísimo tira y afloja entre su gobierno y sus socios/acreedores europeos: 21 días de corralito, la victoria del no en el referéndum del 5 de julio, congelación de la provisión de liquidez de emergencia del BCE, rechazo de la oferta del gobierno griego, etc.). Este 20 de agosto, tras recibir los 23.000 millones del primer pago del tercer rescate (que básicamente servirán para pagar deuda y cubrir garantías) ha presentado su dimisión para que se convoquen elecciones en septiembre. Los mercados ganan, Grecia pierde.

Teresa Rodríguez, secretaria general de Podemos en Andalucía y Diputada en el Parlamento andaluz, acaba de decir que me da miedo que nos tiemblen las piernas como a Tsipras.

Las lágrimas y los sufrimientos que preveía Biden sin duda hicieron temblar algo más que las piernas tanto a Zapatero como a Tsipras hasta hacerles renunciar de sí mismos y pasar a ser parte de la maquinaria de quienes verdaderamente mandan. Los mercados ganan, la democracia pierde. Cada vez es más urgente (y cada vez más difícil) la reconstrucción del movimiento obrero.


lunes, 17 de agosto de 2015

LA REPUGNANTE VIOLENCIA MACHISTA


Durante décadas las bofetadas, los capones, los golpes, los insultos, los menosprecios y toda una suerte de conductas violentas formaron parte de la pedagogía en las escuelas. La letra con sangre entra, se decía, y parecía que todos asentían la cantinela. Cualquiera que tenga hoy más de cincuenta años recordará aquellas agresiones, si acaso no las sufrió en sus propias carnes, tanto en las escuelas públicas como en las privadas.

Hoy, afortunadamente, aquello es ya historia y si se habla de violencia en la escuela es precisamente de la que sufren algunos docentes, o de la que pueda darse entre el alumnado. De aquella pedagogía de las bofetadas de aquellos viejos maestros (o maestras, o curas o monjas) no queda ya nada.

¿Cómo algo tan asumido por tanta gente desapareció casi de forma inmediata? ¿Qué pasó para que se dejara de pegar en la escuela? Pues fundamentalmente pasaron dos cosas: que se legisló prohibiendo radicalmente esas prácticas (y se explicitaron los derechos de los alumnos) y, sobre todo, que hubo un rechazo social generalizado al maltrato escolar (y al maltrato doméstico a los hijos).

Por su puesto que sé que aquella violencia escolar no es comparable a la violencia de género que sufren (que vienen sufriendo desde siempre) muchas mujeres y que a tantas les cuesta la vida cada año, pero alguna lección podemos extraer de cómo se trató el otro asunto hasta hacerlo desaparecer: legislar minuciosamente y duramente contra las agresiones, y, sobre todo, insistir machaconamente en todas las instituciones, en todos los medios y en todas las ocasiones en una idea básica: la violencia machista no es un asunto de algunas mujeres, ni siquiera de las mujeres en general, sino de todos, de todas las mujeres y de todos los hombres.

Mientras no consigamos que la sola idea de maltratar a las mujeres sea repugnante para todos; que quien conoce a un maltratador (amigo, vecino, compañero de trabajo, etc.) le rechace y le aparte de su lado (y en su caso le denuncie), seguirá habiendo asesinos dispuestos a demostrarse su virilidad (de la que probablemente dudan en sus fantasías más íntimas) matando cobardemente a sus parejas, ex-parejas, novias o amigas deseadas.

lunes, 10 de agosto de 2015

¿HACIA UNAS CORTES CONSTITUYENTES? *


El presidente Rajoy ahora sí quiere reformar la Constitución para redefinir las competencias de la administración general del Estado y fijar techo a las de las Comunidades Autónomas. O sea, que ya no queda ningún partido relevante que no quiera reformar la Constitución del 78 (o redactar una nueva), aunque evidentemente no coinciden ni en el sentido ni en el contenido de la reforma.
Si realmente es así, quizá las próximas Cortes sean de hecho Constituyentes y la legislatura (o parte de ella) deba dedicarse a la negociación y los acuerdos entre las partes para la nueva redacción, de manera que los resultados de las próximas elecciones generales y la actitud de los partidos elegidos pudieran ser determinantes. Más aún si se enquista el problema catalán.
Si la reforma fuera una revisión completa o afectase a sus aspectos fundamentales, especialmente protegidos, sería necesaria una mayoría cualificada de dos tercios en ambas cámaras (234 de los 350 Diputados y 178 de los 266 Senadores), además, la disolución de las Cortes y la convocatoria de elecciones generales para elegir un nuevo Parlamento que debería estudiar y aprobar en su caso los cambios en la misma proporción, y, aprobado el nuevo texto en las Cortes, someterlo a referéndum.
Descartado que ningún partido pudiera conseguir en solitario tal mayoría cualificada, necesariamente deberían aliarse unos u otros para votar en común. Y a nadie se escapa que no sería lo mismo un acuerdo solo entre PP y PSOE, que uno, otro o ambos, sumaran apoyos de Podemos, de Ciudadanos, de IU y/o de los nacionalistas (y regionalistas).
En aquellas Cortes de 1977 de los siete ponentes que debían ser elegidos para elaborar la Constitución (3 de la UCD de Suárez, 2 del PSOE de González, 1 del PCE de Carrillo y 1 de la Alianza Popular de Fraga, según el reparto oficial) el PSOE cedió uno de sus dos puestos a Miquel Roca i Junyent (del Pacte Democrátic per Catalunya de Pujol) para que los nacionalismos catalán y vasco participaran en el proceso. Y mal que bien, pudo redactarse una Constitución consensuada, cediendo unos y otros. Pero se ha embarrado tanto todo el sistema desde entonces que hoy no parece posible un consenso como aquel.
Y si difícil parece la reforma de la Constitución hoy, la de la ley electoral parece imposible.

* Publicado en elplural.es Opinión. Tribuna Libre. 10.08.2015

domingo, 2 de agosto de 2015

TRES DE AGOSTO *

Este lunes, día 3 de agosto, el Molt Honorable senyor Artur Mas, President de la Generalitat de Catalunya, firmará (habrá firmado) el decreto de convocatoria formal de elecciones al Parlament (que entrará en vigor al día siguiente, el martes 4) que se celebrarán 54 días después, el domingo 27 de septiembre. Convocatoria formal porque, como se sabe, su intención (y la de sus socios en la coalición Junts pel Sí) es que políticament sean elecciones plebiscitarias, ya que jurídicamente (legalmente) no pueden serlo.

Se supone, pues, que los partidos y asociaciones del Sí van a estas elecciones con un único punto en  su programa electoral: la tramitación de la independencia de Cataluña, la desconexión jurídica y política gradual de España hasta declarar la República catalana (o el Estado catalán).

¿Y los demás partidos? ¿podrán obviar el sentido plebiscitario? ¿Se limitarán en sus respectivas campañas a defender la españolidad o no españolidad de Catalunya y las consecuencias positivas o negativas de la independencia? ¿Podrán abstraerse de la situación forzada y hacer propuestas como si fuesen auténticas elecciones autonómicas? Lo sabremos a partir del 11 de septiembre (la Diada  Nacional de Catalunya) que comenzarán los quince días de campaña.

Este lunes, día 3 de agosto, sabremos si el Presidente Rajoy ha decidido (o más propiamente, si se habrá atrevido), para diluir la estrategia secesionista, adelantar las elecciones generales haciéndolas coincidir con las plebiscitarias disfrazadas de autonómicas catalanas (y que es una forma de asumir que su agenda política se la establecen en el Palau de la Generalitat).

¿Habrá alguien que aún no acepte que el consenso constitucional del 78 estableciendo el Estado de las autonomías está virtual y efectivamente roto? A estas alturas, la reforma profunda de la Constitución (en lo que se refiere a la organización territorial, aunque no solo en este asunto) o la elaboración de una nueva parecen las dos únicas salidas sensatas. Y sin embargo, no parecen estos los mejores tiempos para el consenso.

* Publicado en elplural.com Opinión. Tribuna Libre. 03.08.2015

domingo, 26 de julio de 2015

LO QUE PARECÍA IMPENSABLE


Durante los terribles años que sufrimos el terrorismo, se alababa el seny catalán y se utilizaba un argumento aparentemente incontestable: con violencia nada es reivindicable y nada es negociable; sin violencia se pueden defender y negociar todas las ideas. Se contraponían así las aspiraciones separatistas (soberanistas, secesionistas) de los nacionalismos en el País Vasco (contaminado de violencia) y en Cataluña (básicamente pacífico).

En 2005 se inició en Cataluña un proceso de construcción nacional estrictamente pacífico redactando un nuevo Estatut que sustituyera al del 79 y que fue aprobado por una mayoría más que holgada en el Parlament. Discutido en las Cortes, se hicieron modificaciones sustanciales al texto aprobado redactándose en 2006 un nuevo Estatut, (que fue ampliamente ratificado en referéndum, aunque rechazado por los partidos soberanistas). Sin embargo, apenas aprobado el nuevo Estatuto de Autonomía, el Partido Popular, el Defensor del Pueblo y cinco Comunidades Autónomas presentaron recurso de inconstitucionalidad que se resolvió en 2010 declarando inconstitucionales 14 artículos. En 2013, el Parlament aprobó la Declaración de Soberanía y del Derecho a Decidir del Pueblo de Cataluña (en la que se autodeclara sujeto político y jurídico soberano). Diez años más tarde, en este 2015, están previstas unas elecciones plebiscitarias disfrazadas de autonómicas, y, en su caso, una declaración unilateral de independencia.

Parece, pues, que los soberanistas catalanes han llegado a la conclusión de que efectivamente sin violencia se pueden discutir todas las ideas, pero que no es posible llevarlas a cabo, y han optado por la desobediencia a las leyes del Estado para regirse únicamente por las propias. Mientras, el gobierno del Estado insiste en el cumplimiento y la aplicación de la ley (incluido el uso del artículo 155 de la Constitución) y afirma tajantemente que no habrá independencia.

El problema grave, el problema de verdad no es la unidad o la secesión, sino hasta dónde están dispuestos a llegar unos y otros para defender sus posturas. Recuerden ambos gobiernos, el de España y el de la Generalitat, el discurso de Slobodan Milošević en Gazimestán en 1989: Seis siglos más tarde, estamos comprometidos en nuevas batallas, que no son armadas, aunque tal situación no puede excluirse aún. Lo que vino después, que parecía impensable, forma parte de la historia trágica de Europa.
 

martes, 21 de julio de 2015

PARA SIEMRPE *


Parece que Artur Mas, Oriol Junqueras y las organizaciones independentistas (la CUP, Omnium Cultural, etc.) están tensando la cuerda del soberanismo al máximo (con ese vamos a por todas lo han resumido bien) con la esperanza de que el gobierno cometa alguna torpeza que puedan rentabilizar. Por ejemplo, una alusión al posible uso del ejército para garantizar la unidad del Reino, o la amenaza de suspender el Estatuto (y la autonomía misma) o simplemente el recorte de competencias. De aquí al 27 de septiembre seguro que intentarán victimizarse aún más (Mas) y nada les vendría mejor que darles carnaza españolista.

Entiendo que la situación es enormemente distinta a la que se produjo en Escocia hace unos meses, pero puede enseñarnos algo cómo se desarrollaron aquellos acontecimientos: el a la independencia del Reino Unido iba ganando apoyos hasta que Cameron, que jamás cuestionó el referéndum, salió a mandar un único mensaje: es para siempre (tenemos que dejar muy claro que no hay vuelta atrás, no hay repetición. Esta es una decisión para siempre. Si Escocia vota sí, el Reino Unido se dividirá y marcharemos por caminos separados para siempre). Bastó ese mensaje para cambiar la tendencia y que los independentistas perdieran su oportunidad.

Sin duda que el gobierno debe insistir en el cumplimiento de la ley que, guste o no, impide la secesión, pero sobre todo debería tomar nota de la estrategia de Cameron y decirles a los ciudadanos de Cataluña (no todos catalanes, evidentemente), por activa y por pasiva, que si acaso ocurriese la secesión, sería para siempre, y para siempre sería el veto de España para su acceso a la Unión Europea, caso de plantearse, y para siempre la ruptura de relaciones económicas.

Todo nacionalismo, sea periférico o centralista, catalanista o españolista, me parece un despropósito político, porque el nacionalismo deja aparcada la razón y el sentido común, para instalarse en los sentimientos de pertenencia más primitivos, pre-políticos en sentido estricto. La solución política, si es que la hay, para los enfrentamientos nacionalistas inevitablemente pasa por una reforma de la Constitución (o una nueva Constitución) en clave federal.

Mientras, tenga prudencia el gobierno y acelere sus contactos políticos con la oposición y con los 27 socios de la Unión para conseguir una declaración nítida que deje claro a todos ese para siempre.

* Publicado en elplural.com Opinión. Tribuna LIbre. 21.07.2015

viernes, 17 de julio de 2015

CINCO ERRORES *


Convocar el referéndum en Grecia, que es un procedimiento estrictamente democrático (envidiablemente democrático) ha resultado ser un error político grave, más grave de lo que podría parecer. No por el referéndum en sí mismo, ni por el resultado (que tantos celebramos), sino por las desastrosas consecuencias que ha provocado.

Quizá el primer error haya sido no calcular que los países más ricos (y tradicionalmente más xenófobos), los del centro y norte de Europa, lo tomarían como una bravuconada de los trileros embaucadores del sur (esos a los que tan amablemente nos llaman PIGS: Portugal, Italia, Grecia y España); que Alemania, además, lo podría tomar como un desafío a su cada día menos incuestionado dominio sobre una Europa sumisa y fascinada con el nuevo despertar de la Gran Alemania; que Irlanda y los países del sur (particularmente Portugal y España) no podían consentir que Grecia se saliera con la suya después de haber sido ellos tan poco beligerantes (tan dóciles, tan obedientes) con las brutales condiciones que les obligaron a imponer (precarización laboral, devaluación de los salarios y, sobre todo, recortes sociales en educación, sanidad, pensiones, subsidios, etc. a cambio de rescates bancarios multimillonarios).

Mientras los negociadores del eurogrupo esperaban una actitud sumisa y débil del gobierno griego (la apropiada de quien necesita dinero con máxima urgencia en pleno corralito), Varoufakis llegaba a la mesa con la intención de negociar como uno más entre iguales. Así, mientras el gobierno griego creía estar negociando con dignidad lo mejor para su pueblo, sus socios europeos (sus acreedores en realidad) lo estaban interpretando como soberbia, chulería o desprecio. Por todo ello la convocatoria del referéndum (y el no mayoritario) sin duda ha sido el detonante para vengarse en toda regla y meter en cintura a los díscolos griegos, imponiéndoles condiciones aún más duras que las previstas unas semanas antes.

El segundo error ha sido creer que un apoyo muy mayoritario en el referéndum serviría de sostén para negociar en mejores condiciones; suponer que la democrática Europa no se atrevería a desdecir la voluntad de un pueblo. Pero es un error ingenuo pensar que a esta Europa neoliberal le importan la calidad democrática de las decisiones y el bienestar de los ciudadanos más que la cuenta de resultados: cuando el eurogrupo, el BCE y el FMI dicen que con el acuerdo actual Grecia volverá a crecer, seguro que tienen razón, porque probablemente Grecia volverá a crecer, lo que no significará que los griegos salgan de la pobreza y vivan mejor. Grecia será más rica, pero los griegos (los griego de a pié, la gente), serán más pobres.

El tercer error, enormemente grave desde el punto de vista político, ha sido hacer creer a su gente que el masivo apoyo al no (su apoyo al gobierno en definitiva) serviría para no dejarse torcer el brazo en futuras negociaciones, para, llegada la hora de la verdad, dejarse torcer el brazo, la pierna y el espinazo. Quiéralo o no Tsipras, muchos de los que votaron no se habrán sentido estafados una vez más, esta vez por el gobierno que llegó al poder precisamente por y para no estafar a los ciudadanos.

El cuarto error, esta vez procedimiental, ha sido malgastar el referéndum, el recurso democrático más directo, el que apela no a los representantes de los ciudadanos, sino a los ciudadanos mismos, máximamente vinculante, que se ha visto contradicho por la firma de un acuerdo que viola su resultado.

Y el quinto, probablemente haya sido aparatar a Varoufakis de la mesa negociadora: si las dos partes en conflicto (acreedores y deudor) estaban jugado al game of chicken (al juego de los conductores suicidas) sin duda que el griego estaba dispuesto a no apartarse, aun a riesgo de colisionar.

* Publicado el elplural.com Opinión. Tribuna Libre. 17.07.2015

lunes, 13 de julio de 2015

EL PAÍS MENOS FIABLE NO ES GRECIA *

El 12 de marzo de 1938, Austria pasó a ser una provincia más del III Reich alemán; el 10 de octubre de ese mismo año Alemania invadió y se anexionó los Sudetes. Unos meses más tarde, el 15 marzo del 39, invadió Bohemia y Moravia, declarándolas Protectorado al día siguiente. La invasión de Polonia el 1 de septiembre de 1939, fue el detonante de la Segunda Guerra Mundial: dos días más tarde, el 3 de septiembre, Francia, Reino Unido, Australia y Nueva Zelanda declararon la guerra a Alemania. En 1941, Alemania, Italia y Bulgaria invadieron Grecia. El 7 de mayo de 1945 la Alemania de aquel III Reich firmó el acta de rendición incondicional.

El 23 de mayo de 1949 se fundó la República Federal Alemana, que reunía tres de las cuatro zonas en las que se dividió Alemania tras la derrota en la guerra (las controlados por EE.UU, Reino Unido y Francia). El 7 de octubre de ese mismo año, se fundaba la República Democrática Alemana en la cuarta zona (la controlada por la Unión Soviética). El 13 de agosto de 1961, daba comienzo la construcción del muro de Berlín, frontera física entre las dos alemanias (y entre los dos bloques geopolíticos, ideológicos y económicos). Caído el muro el 9 de noviembre de 1989, las dos alemanias se reunificaron (tras negociaciones de los dos gobiernos con los Estados Unidos, la Unión Soviética, Reino Unido y Francia) el 3 de octubre de 1990.

Entre 1991 y 2013, según la propia UE, Alemania recibió de sus socios comunitarios 80.000 millones de euros en ayudas para la reunificación.

Parece muy evidente que la Canciller alemana y su ministro de finanzas se están vengando por la convocatoria y el resultado del referéndum en Grecia, y parece muy obvio que su objetivo es humillar a los griegos y vapulear a Tsipras. El argumento que esgrimen para imponer sus condiciones humillantes es que Grecia no es fiable y debe dar garantías. 

Lo realmente sorprendente es que a los europeos se nos haya olvidado (o no queramos recordarlo) cuál es el país menos fiable de Europa. Cuando Varoufakis decía que la pobreza y el hambre registran marcas propias de situaciones de guerra sin duda sabía de qué hablaba. Aunque parece que no queremos entender.

Publicado (sin foto y sin nombre en la cabecera) en elplural.com. Opinión. 13.07.2015

domingo, 12 de julio de 2015

DE LASTRES ELECTORALES Y PÉRDIDAS IDEOLÓGICAS *


En mayo de 1979 Felipe González pensaba que el marxismo era el lastre que impediría al PSOE ganar las elecciones; que las futuras elecciones solo se podrían ganar abandonando las tesis más genuinas de la izquierda y aproximándose a un o centro-izquierda hipotéticamente mayoritario. Y lanzó su reto, bien resumido por él mismo: hay que ser socialistas antes que marxistas
 
En el haber de esa decisión está que en 1982 el PSOE efectivamente ganó las elecciones y gobernó durante trece años. En el debe, que el PSOE dejó de ser el partido obrero (de clase, de izquierdas) que cien años antes fundara Pablo Iglesias y, para muchos, dejó de ser socialista al vincularse a una socialdemocracia que sin rubor echaba mano de las políticas desreguladoras y privatizadoras del recién nacido neoliberalismo. Se ganaron votos y se ganó el gobierno, pero se perdió el contenido ideológico fundamental del partido, quién sabe si para siempre.

Este otro Pablo Iglesias, el de Podemos, parece haber hecho un razonamiento similar al que hizo González hace 36 años y entiende que el lastre que impide hoy ganar las elecciones (o lo que es lo mismo, derrotar al PP y al PSOE, -la casta-) es presentarse como un partido de izquierda. Y de ahí su empeño en presentar Podemos como un espacio transversal donde caben todos, gente de izquierda y de derecha, y su decisión de no aceptar formar parte de Ahora en Común, esto es, de las candidaturas de unidad popular, que se presentan como movimientos nítidamente de izquierda (no tenemos la obligación moral de salvar a la izquierda, ha dicho).

Veremos de aquí a unos meses qué hay en el haber y qué en el debe de su decisión; si Podemos será capaz de ganar elecciones; si la transversalidad era solo estratégica; si la suficiencia con que desprecian a la izquierda (desprecio es creerse en condiciones de poder salvarla si quisieran) no les convierte en aliados de lo que dicen combatir.

En cualquier caso, Ahora en Común, o como termine llamándose la candidatura de unidad popular -si acaso ocurre-, estará en condiciones de presentarse como la opción de esa izquierda que ningún partido quiere ocupar, pero que los ciudadanos quizá sí quieran elegir.

* Publicado en elplural.com Opinión. Tribuna LIbre. 13.07.2015

domingo, 5 de julio de 2015

ΌΧΙ *


Pese a todas las presiones del europrupo, pese a todas las amenazas veladas (y no tanto), pese a la apelación al miedo, pese al impasse interesado del BCE, pese a todo eso, ha ganado el no en el referéndun griego y ha ganado contundentemente (con algo más del 60% frente a menos de un 40% del nai, del sí).

Ese όχι más suena a un basta ya que a un escueto no: no es un no quiero, sino un estamos hartos de aguantar, cumpliéndose así, una vez más, en este caso la vieja máxima: cuando ya no hay nada que perder, se acaba perdiendo el miedo y el pueblo, la gente, se rebela.
Y ahora, a ver qué pasa. Tsipras cuenta desde hoy con el respaldo explícito de una mayoría sólida de su pueblo para negociar con sus socios/acreedores europeos. El eurogrupo y los acreedores (los neoliberales alemanes a la cabeza) necesitan doblegar la voluntad de los griegos para que no se extienda el ejemplo a los duramente castigados ciudadanos de los países del sur.
Cuenta, además, Tsipras con su voluntad de permanecer en el euro, mientras que todos los demás países temen el descalabro financiero que sería para toda Europa su salida de la moneda única.
Y Tsipras cuenta con una alternativa que pone de los nervios al eurogrupo (especialmente a Alemania) y a los Estados Unidos: apoyarse en las economías emergentes (Rusia y China, claro) que sin duda estarían encantadas de tener un amigo fiel en el corazón del mediterráneo.
El Presidente Rajoy presume de que su gobierno ha hecho los deberes. Tsipras también puede presumir de haber hecho los suyos. La diferencia es que a Rajoy (y desde 2010 a Zapatero) los deberes se los impusieron desde fuera, y a Tsipras se los acaba de poner su pueblo.

* Publicado el elplural.com Opinión. Tribuna Libre. 07.07.2015