
Toda la razón, oiga. Lo que pasa es que no creo que haya nadie tan estúpido como para decir que esas emigraciones están vinculadas estricta y únicamente a la crisis. No. Seguro que hay más causas. Por ejemplo, la falta de expectativas que se les abre con los recortes en I+D+i; o con la precariedad laboral y los minisueldos de los que disfrutarán, si acaso alguna vez encuentran trabajo; o con un Gobierno que amnistía fiscalmente a los defraudadores, indulta a torturadores y no cumple su contrato con los ciudadanos, porque hace y dice lo contrario de lo que ofreció en su programa electoral.
Menos razón tiene la experta con lo del impulso aventurero. No discuto que sea muy propio de jóvenes, pero sí que eso sea lo que les anime a irse. Al contrario, si de verdad fuesen aventureros se quedarían aquí a vivir la aventura de malvivir con mil euros -si tienen suerte-, en vete a saber qué trabajo -si encuentran trabajo-, trabajando horas no pagadas en horarios de siete días a la semana y, sobre todo, a vivir la aventura de manifestarse pacíficamente para protestar por la situación de descomposición del Estado a riesgo de ser multado y/o apaleado o incluso herido seriamente con pelotas de goma que no lanzan policías que no están allí, aunque haya mil testigos que les vean. Afortunadamente estos jóvenes no son tan aventureros, ni son masoquistas, y los que pueden se van de España, claro.
Un dato para la experta (no cuantitativo, sino moral -aunque no estoy muy seguro de que lo entienda-): créame que son muchos los jóvenes que ya tienen claro que no van a emigrar, sino a exiliarse, por motivos económicos, políticos y éticos.