El año que viene (o el otro, que aún no se sabe) habrá menos puentes porque algunas fiestas se trasladarán a los lunes o a los viernes. Por lo visto es para ser más competitivos, trabajando más días y, sobre todo, no interrumpiendo las cadenas de producción. Y de paso habrá más fines de semana largos, aprovechables ara viajes cortos. No tengo opinión al respecto, pero en principio parece una medida sensata y racional.
Llama la atención, sin embargo, saber que el gobierno está negociando con los agentes sociales (sindicatos y patronal), las Comunidades Autónomas (que efectivamente tienen alguna competencia en el asunto) y ¡¡la Conferencia Episcoal!! Claro que viendo la lista de las ocho fiestas a nivel nacional aprobadas para el año que viene no sorprende tanto: 1 de enero (Año Nuevo); 29 de marzo (Viernes Santo); 1 de mayo (Fiesta del Trabajo); 15 de agosto (Asunción de la Virgen); 12 de octubre (Fiesta Nacional); 1 de noviembre (Todos los Santos); 6 de diciembre (Día de la Constitución); y 25 de diciembre (Natividad del Señor). Cuatro civiles y cuatro religiosas.
Se celebran el Año Nuevo, claro, la Fiesta Nacional, la Fiesta del Trabajo y el Día de la Constitución, y parece sensato hacerlo. Y se celebran el Viernes Santo (?), la Asunción de la Virgen (?), el Día de Todos los Santos (?) y el de la Natividad del Señor (?), que son fiestas religiosas, sí, pero de una religión, la católica. Es la tradición, se dirá. Y es cierto. Tan cierto como que es el poder de la IC que siempre ha querido dominar las conciencias y entrometerse en todo. Hasta en las fiestas (que supieron apropiarse).
Claro que está negociando Rouco, amparándose los Acuerdos con la Santa Sede (sí, en el lenguaje diplomático la Ciudad del Vaticano se llama así, que tiene guasa), un Tratado Internacional entre dos Estados soberanos (aconfesional y democrático uno, monarquía absoluta y confesional el otro) que tiene rango prácticamente constitucional. En los acuerdos, no se citan las fiestas, claro, ni que sea competencia de la IC, pero vivimos donde vivimos. ¿Podremos vivir alguna vez en un Estado laico donde no se entrometan las creencias religiosas de unos en lo que nos afecta a todos?
[ Por si a alguien le interesa, aquí dejo el vínculo con los Acuerdos del Estado Español y la Santa Sede de 1979 (sobre asuntos económicos, sociales y educativos y culturales):
No hay comentarios:
Publicar un comentario