El artículo 28.2 de la Constitución dice: Se reconoce el derecho a la huelga de los trabajadores para la defensa de sus intereses.
Como en convocatorias pasadas, mañana la tele nos ilustrará las noticias de la incidencia de la Huelga General con imágenes de piquetes y comentarios sobre el derecho a acudir al trabajo. Sobre cuántos trabajadores no podrán ejercer mañana su derecho a la huelga ni nos informarán ni lo sabremos nunca, pero los habrá. Y me temo que no pocos. Así que mañana los que queramos y podamos, vayamos a la huelga, porque nos dejan sin futuro.
No es muy difícil pensar que con la nueva legislación laboral, que ha recortado derechos, muchos trabajadores precarios, con contratos temporales, pendientes de su renovación, no se atrevan mañana a hacer la huelga. Ni es muy difícil entender que en las empresas en las que ya no tiene vigor el convenio colectivo del sector, porque la nueva ley les permite salirse de él, algún trabajador, desprotegido ya, se sienta atemorizado por las posibles represalias si hace la huelga. Tampoco es muy difícil imaginar que en las empresas en las que haya rumores de posibles ERES (o como se llamen ahora), con razón o sin ella, algunos trabajadores prefieran no hacer la huelga a ver si así se libran de estar en la lista de despedidos. ¿Se sentirá libre de hacer la huelga el recién contratado que aún está en período de prueba?
Es seguro que mañana habrá gente que no haga la huelga porque no quiera hacerla. Tan seguro como que habrá gente que queriéndola hacer, no pueda hacerla porque no puede permitirse perder un día de jornal. Y es muy seguro que habrá otra gente que no podrá hacer la huelga porque tenga miedo a las represalias y a perder su trabajo. Pero lo más seguro de todo es que mañana nos hablarán de lo malísimos que son los piquetes informativos (y de que la huelga ha sido un fracaso, lo sea o no).
No hay comentarios:
Publicar un comentario