Por si fuera poco el trastazo electoral del PSC el 25N, ahora salta el escándalo de corrupción en el ayuntamiento de Sabadell por el que han sido imputados el Secretario de Organización del PSC, Daniel Fernández; el propio alcalde, Manuel Bustos; y la teniente de alcalde del ayuntamiento, Montserrat Capdevila (además de unos cuantos empresarios). El asunto está relacionado con el cobro de comisiones y tráfico de influencias en operaciones urbanísticas, cómo no. Otra vez los chanchullos del ladrillo.
Ocurre esto el mismo día que nos enteramos de que un grupo de militantes de base han editado un vídeo en el que piden perdón por las políticas no socialistas del gobierno Zapatero (básicamente a partir de aquel mayo de 2010, pero no solo). Lo firman Militantes del PSOE, para que todo cambie. Y en el vídeo van recordando todo aquello que entienden que se hizo mal y, sobre todo, en contra de las propias ideas socialistas (no reconocer la crisis, recortes sociales y laborales, reformar la Constitución para imponer el techo de gasto, empobrecer a la ciudadanía con políticas de austeridad, no quitar las ayudas públicas a la Iglesia, etc.).
Soraya Rodríguez, que es portavoz en el Congreso, ha venido a decir que en el PSOE ya se está haciendo autocrítica y que también hay motivos para sentirse orgullosos de lo hecho por los Gobiernos socialistas. Carme Chacón ha dicho sobre esto que hay cosas que hicimos bien y cosas que hicimos mal. Yo creo que la gente no volverá a confiar en nosotros si no somos capaces de decirle que hay cosas en las que nos hemos equivocado.
No sé si será impresión mía, pero me parece que este partido está partido: cargos públicos imputados por meter mano en la caja, militantes de base pidiendo perdón, cargos institucionales autocomplacientes y postulantes dejándose ver. Y los votantes, huyendo. Y las ideas propias de la izquierda, vete a saber dónde.
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