Al día siguiente de la manifestación del onze de setembre, el President Mas, en un discurso con formato institucional, dijo (avisó, según titulaba La Vanguardia) que l'objectiu és dotar Catalunya d'estructures d'Estat (el objetivo es dotar a Cataluña de estructuras de Estado).
Es la idea decimonónica del Estado-nación: una nación alcanza su plenitud cuando se hace soberana (cuando no reconoce más autoridad que la propia) y se constituye en Estado (en Estado-nación, claro). Y esa es la aspiración de cualquier nacionalismo: constituirse (unos) y mantenerse (otros) como Estado; que sus sentimientos cristalicen en Instituciones propias, independientes y soberanas. Max Weber describió bien el Estado como coacción legítima, esto es, como aquello que tiene el monopolio del uso legítimo de la fuerza. Tan es así, que la territorialidad y la soberanía de un Estado estarían garantizadas por (y fundamentadas en) su fuerza disponible.
Viene esto a cuento de que el conseller d´interior de la Generalitat de Catalunya, Felip Puig, en un acto ante los mandos de los mossos d´esquadra, les ha arengado en clave nacionalista diciéndoles que son una estructura de Estado que aporta seguridad al país. Pero la arenga fue más allá: Hi podrà haver moments que hi hagi gent que vulgui contraposar una legalitat jurídica a una legalitat democràtica. [en esa situación los mossos] estaran al servei del país i de les seves institucions (podrá haber momentos que haya gente que quiera contraponer una legalidad jurídica a una legalidad democrática [...] estarán al servicio del país y de sus instituciones).
El conseller sabe lo que está diciendo y a quién se lo está diciendo, exactamente igual que los mandos de los mossos a quienes arengaba saben quién se lo dice, por qué y para qué. El conseller les está tratando ya como esa fuerza armada que garantiza y asegura al Estado. Más claro: el Sr. Puig está conviertiendo a la policía autónoma en ejército de ese hoy virtual Estat català. Artur Mas quiere llevar a los catalanes a decidir entre ser españoles o catalanes; Puig quiere llevar a los mossos a decidir a quién deben reconocer autoridad en caso de conflicto, si a la Constitución o al gobierno autónomo (afortunadamente los mossos lo tienen más claro que el conseller y ya le han dicho que no son un ejército y que se deben a la Constitución vigente). Como estos fundamentalistas del nacionalismo (y los del otro) sigan por ese camino nos van a llevar a todos al disparate.
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