jueves, 11 de octubre de 2012

(SIN)SENTIDO COMÚN

Hace algo más de quince días -en el post del 23 de septiembre concretamente-, a propósito de la reforma de la Ley de Educación que está en marcha en el ministerio que dirige el tertuliano/ministro Wert, escribía: La derecha española más rancia y extrema, esa que Umbral llamaba la derechona, tiene un concepto muy particular de lo que es y de lo que no es ideología: es ideología cualquier idea que no coincida con las suyas, que no son ideológicas, sino el mismísimo sentido común. Por eso la gente de derechas habla con tanta desfachatez y tanto descaro. Ahora, a propósito de su ocurrencia de españolizar a los alumnos catalanes, no se enmienda, sino que,  muy al contrario dice que lo dicho es de puro sentido común. Ya ven, pensar otra cosa no tiene sentido, para Wert, es un disparate que niega lo obvio.

Por eso, para rematar la faena, ha dicho, además, que quienes se han escandalizado por lo que dijo (no le dé vueltas, los que no comparten su manera de ver la cosa) tienen (tenemos, porque yo soy uno) un problema de categorías mentales. Yo creo, sin embargo, que estos desafíos entre nacionalistas españoles y catalanes nos están metiendo en un problema de cojones. O al revés: que esta refriega de cojones nacionalistas nos lleva de patitas al problema de los desafíos.

Visto lo visto y oído lo oído del tertuliano/ministro uno (sí, yo) se pregunta si realmente sabe el Sr. Wert de qué habla y qué significa lo que ha dicho; si sabe qué hace que un problema lo sea; si sabe qué son las categorías; si sabe qué significa mental; si sabe qué significa todo ello junto. Pero sobre todo ese mismo uno (yo) se pregunta si se ha leído, si ha entendido y si comparte la letra y el espíritu de la Constitución. O si todo esto lo ha entendido (?) con ese mismo sentido común que dice tener.

Por cierto, el tertuliano/ministro dice que es impensable que algo parecido pase en Francia. Y es verdad por muchos motivos, pero sobre todo porque Francia (le cuento: un País europeo, que hace frontera con  el norte de España) es un Estado centralista y España (la que se define en la Constitución al menos) es un Estado autonómico (otro día se lo explico). Y allí tienen un Ministro de Educación Pública, que también es otro buen motivo para que no pasen cosas ni de lejos parecidas a las de aquí. A ver qué dice mañana.

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