Si es verdad lo que ha dicho Rubalcaba al salir de la Ejecutiva de hoy, y no hay razón para dudarlo, la situación en el PSOE es más grave de lo que suponíamos. Me he sentido unánimemente apoyado, ha dicho el Secretario General, y ha calificado su sustitución en estos momentos como política-ficción.
Bueno, pues si en la Ejecutiva callan -y otorgan- porque nada hay que decirle al Secretario General del continuo alejamiento de los ciudadanos de la política y de los partidos en general, y del PSOE en particular, pues bueno está el partido. ¿De verdad piensan que tocarán fondo con la elecciones catalanas? ¿Sinceramente alguien puede decir que la continua sangría de simpatizantes y votantes terminará el día 25? ¿Nadie va a ser capaz de decir en voz alta y ante los órganos competentes que no se trata de recuperar votos, ni de adecuar el mensaje y la ideología a los gustos de un supuesto electorado, sino de recuperar las señas de identidad socialistas y volver a ganar el respeto de los ciudadanos?
Cuando los gobiernos neoliberales o neoconservadores -o sea, el fundamentalismo neoliberal- agreden sin piedad a quienes menos tienen, cuando la pobreza y el desmpleo no paran de crecer y el poco trabajo que hay se precariza, cuando se recortan derechos sociales y se privatizan los servicios, cuando los derechos y las libertades fundamentales están en juego -expresión, reunión, huelga, etc.- los socialistas deberían tener algo que decir sin paños calientes. Siempre es tiempo de ser responsables, pero ahora, además, es tiempo de ser socialistas. Sí, el de la foto es Pablo Iglesias.
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