jueves, 6 de diciembre de 2012

DÍA DE LA CONSTITUCIÓN

Hoy la Constitución cumple 34 años y, a decir verdad, es un cumpleaños que le pilla en mal momento, con serios achaques y muchas voces recomendando que pase por el quirófano para ver si la arreglan. Lo malo es que cada quien le recomienda que pase por el bisturí de un especialista distinto.

Unos le recomiendan que para la Jefatura del Estado, que está en cuestión, se pase por un buen urólogo que le deje atrofiado el sistema genito-urinario, y lo sustituya en sus funciones por un sistema endocrino y republicano. Otros, sin embargo, no apuntan a la Jefatura, sino a la Ordenación Territorial y en eso hay mucha disparidad de criterios: desde los que recomiendan traumatología de la dura que corte por lo sano (sí, sí, por lo sano) y dejar un Estado cojimanco pero robusto, hasta quienes proponen cambiar todas las articulaciones caducas por prótesis de acero de ingeniería alemana. 

Del aparato excretor y las alcantarillas no hay propuestas, que se sepa, al menos en público, de manera que el que fuera patrón de patronos puede esperar tranquilo su indulto, y no digamos el saltaojos catalán, que no será ni imputado. Y del aparato circulatorio de capitales ya se hizo la operación sin anestesia (sin anestesia al paciente, porque sí la hubo para la mayoría de sus Señorías y para la ciudadanía de a pie) cuando le extirparon todos los contenidos sociales al artículo 35 y le implantaron un marcapasos de deuda.

En fin, que felicidades, Constitución, pero la verdad es que no sé si llegará a cumplir los 35, porque también los hay que simplemente están esperando su descomposición para poner a otra más joven, más guapa y más neoliberalota, que es lo que se lleva.

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