Se queja el tertuliano Wert, ése que tiene una cartera que pone Ministro de Educación, Cultura y Deportes, de haberse convertido en un objeto fóbico y caricaturizado, aunque se tranquiliza, como la zorra del cuento, diciendo que a alguien le tiene que tocar.
Caricatura o no, la impresión que siempre da el tertuliano que tiene una cartera etc. es que desde pequeñito se ha creído a pie juntillas su apellido (wert: digno / apreciado / estimado / merecedor) y está encantado de haberse conocido (cosa que está muy bien, dicho sea de paso, si no lo restriegas constantemente por las narices de los demás). Y quizá algo tendrá que ver esa impresión con su dedicación a tiempo parcial en el Ministerio donde se dice que trabaja y su gusto por dedicar el resto a su vanidad mediática.
Caricatura o no, la impresión que siempre da el tertuliano que tiene una cartera etc. es que desde pequeñito se ha creído a pie juntillas su apellido (wert: digno / apreciado / estimado / merecedor) y está encantado de haberse conocido (cosa que está muy bien, dicho sea de paso, si no lo restriegas constantemente por las narices de los demás). Y quizá algo tendrá que ver esa impresión con su dedicación a tiempo parcial en el Ministerio donde se dice que trabaja y su gusto por dedicar el resto a su vanidad mediática.
Lo más jugoso de lo que ha dicho el tertuliano etc., sin embargo, es que la LOMCE, su ley Educación, está enmarcada en unos determinados supuestos ideológicos, como las contrarias también lo están en otros (y cita, entre otros, la religión o la escuela diferenciada -o sea, la segregadora, ya saben-). Acabáramos: no es la C de la ley (la calidad) lo que les anima , sino la carga ideológica que trae e impone. Lo tiene tan claro que habla de las otras leyes educativas como las contrarias.
Desde siempre hemos sabido que la derecha entiende la educación como arma ideológica (y no digo herramienta) para ahormar conciencias y perpetuar un sistema jerárquico de clases que forme por una parte a los futuros patronos y por otra a los futuros trabajadores sumisos, todos, eso sí, hijos del dios de los obispos vigilantes. Y la LOMCE será un ejemplo claro de esto.
Vaya papelón el del mediático Wert, ése que tiene una cartera etc., haciendo la versión actual de aquel ministro integrista Manuel Orovio a quien todos terminaron llamando Manuel Oprobio.
[Aquí dejo este vínculo para solaz de quien quiera recordar al integrista Orovio:
http://personal.us.es/alporu/legislacion/circular_orovio_1875.htm ]
[Aquí dejo este vínculo para solaz de quien quiera recordar al integrista Orovio:
http://personal.us.es/alporu/legislacion/circular_orovio_1875.htm ]
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