Parece el número premiado de la lotería, pero no lo es. Es la cantidad de millones de euros que necesitan los bancos españoles para sanearse, según los hombres de negro de Oliver Wyman (59.300 si no llegan a término las fusiones que están en marcha). Pero de todos esos millones, el gobierno dice que solo 40.000 provendrán de las arcas públicas, como parte del rescate de 100.000 millones que aprobó la Unión Europea y que Rajoy llamó tan alegremente línea de crédito muy ventajosa. Ventajosa para los bancos, seguro que sí.
En realidad, deberíamos decir que los 59.300, o los casi 54.000, o los 40.000 millones de euros son para sanearse otra vez, porque ya en su día los bancos recibieron ayudas públicas en forma de compra de activos unos y de anticipos otros. Y ya todos sabemos que esos cuarenta mil millones de euros saldrán directamente de nuestra pobreza: de seguir recortando derechos sociales y derechos laborales hasta que consigan lo que pretenden los fundamentalistas neoliberales que nos gobiernan: quedarse con todo el sistema público (de educación, sanidad, pensiones, seguros sociales, etc.) y precarizar toda la mano de obra de la economía productiva.
Macabra lotería ésta que siempre les toca a los mismos, a los que más tienen, y reparte una pedrea que deja heridas de verdad en los que menos tienen. Ya, ya sé que todo esto parece exagerado, un delirio paranoico de un viejo rojo. Pero tiempo al tiempo.
Macabra lotería ésta que siempre les toca a los mismos, a los que más tienen, y reparte una pedrea que deja heridas de verdad en los que menos tienen. Ya, ya sé que todo esto parece exagerado, un delirio paranoico de un viejo rojo. Pero tiempo al tiempo.
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