La derecha española más rancia y extrema, esa que Umbral llamaba la derechona, tiene un concepto muy
particular de lo que es y de lo que no es ideología: es ideología cualquier
idea que no coincida con las suyas, que no son ideológicas, sino el mismísimo
sentido común. Por eso la gente de derechas siempre habla con tanta desfachatez y tanto descaro.
El tertuliano/ministro Wert acaba de presentar el
Anteproyecto de la LOMCE (la Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa)
que pretende sustituir a la LOE en vigor. Y ya desde las primeras líneas el
texto deja claro por dónde van los tiros. Lean, porque es literal: La
educación es el motor que promueve la competitividad de la economía y el nivel
de prosperidad de un país. Así
empieza la Ley; ésas son sus primeras palabras.
Pensábamos que la
educación tenía por objeto el pleno
desarrollo de la personalidad humana, como dice nuestra Constitución (y la
Declaración Universal de los Derechos Humanos, por cierto), pero no, su objeto
es impulsar la competitividad. Pensábamos que la educación es el motor de la
movilidad e igualación social, pero no, a lo que mueve es a ser competitivos. Pensábamos
que la educación debía ser la base de la cohesión y la inclusión social de
todos sin discriminación alguna, pero estábamos confundidos, porque su
verdadero sentido es hacer mano de obra más competitiva.
Apenas unos renglones
más abajo, no se lo pierdan, dice textualmente el anteproyecto: es necesaria una reforma del sistema
educativo que huya de los debates ideológicos […]. Es necesaria una reforma sensata, práctica, que permita desarrollar
al máximo el potencial de cada alumno (en masculino genérico, ya saben). Sensata y no ideológica. Tan sensata y
tan neutral ideológicamente que asume gustosamente el fundamentalismo
neoliberal del gobierno de Rajoy, tan práctico, y que tan sensatamente disfrutamos.
Y todo el mundo sabe que reducir la cuota autonómica del currículo, o que adelantar la elección de itinerarios a los 14 años, o que suprimir la Educación Ético-Cívica de 4º de ESO, o que asegurar que los colegios que separan a las niñas de los niños (la escuela segregada, ya saben) podrán ser financiados con fondos públicos, etc. tampoco es ideológico, porque las cosas tienen que ser como tienen que ser.
Y todo el mundo sabe que reducir la cuota autonómica del currículo, o que adelantar la elección de itinerarios a los 14 años, o que suprimir la Educación Ético-Cívica de 4º de ESO, o que asegurar que los colegios que separan a las niñas de los niños (la escuela segregada, ya saben) podrán ser financiados con fondos públicos, etc. tampoco es ideológico, porque las cosas tienen que ser como tienen que ser.
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