Los expertos del FMI han reconocido que se equivocaron gravemente en los análisis y estimaciones que se hicieron para diseñar el rescate de Grecia, o sea, los recortes tan brutales que les impusieron y que les ha llevado al empobrecimiento y que ha dado alas a la extrema derecha xenófoba y ultranacionalista. Han reconocido su error, pero no ha rectificado y la Troika sigue apretando las clavijas para hacerles aún más pobres a cambio de no sé qué tramo del rescate.
Llamar gobierno griego al gobierno de Samaras es un eufemismo, claro, porque desde hace tiempo en Grecia gobiernan los expertos neoliberales del Banco Central Europeo, el Fondo Monetario Internacional y la Comisión Europea, ese tridente que cada día ensarta alguna prestación social o algún servicio público de cualquier país del sur de la Unión. La penúltima (seguro que a estas horas ya han hecho alguna otra) ha sido el cierre de la Televisión Pública, a traición, cobardemente, chulescamente, que dejará a otros casi tres mil trabajadores públicos en la puta calle para cumplir las órdenes de los que verdaderamente mandan en el país. Más pobreza a sumar a la pobreza. Y todo un símbolo, sin duda, eso de hacer que la ERT, la información pública, se vaya a negro de golpe y porrazo.
Lo estúpido políticamente es que ahora los socios de Samaras en el gobierno, el PASOK (el Partido Socialista) y DIMAR (la izquierda moderada escindida de SYRIZA), se llevan las manos a la cabeza y dicen no estar de acuerdo con la decisión. Como si esto o cualquier otro decretazo similar no fueran previsibles (Hoy el resistente Rubalcaba y el invisible Rajoy han llegado a un acuerdo para ir juntitos a Europa. Virgencita, virgencita...).
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