jueves, 13 de junio de 2013

EL DESTINO DE LOS JUECES "MOLESTOS"

Hablo con amigos, con compañeros de trabajo, con vecinos y todos tienen (tenemos, porque yo también) la misma sensación: que el destino de los jueces molestos es el de ser apartados de los casos de corrupción que están instruyendo si no se someten a las presiones políticas de políticos o a las presiones políticas de la fiscalía o a las presiones políticas de los medios (si acaso todas no son la misma). Y todos ponen el ejemplo de Garzón, claro.

El descrédito de las Instituciones crece sin parar y quienes deberían defenderlas (el Gobierno, el Parlamento, el Poder Judicial) parece que no tienen ninguna intención de hacerlo porque prefieren arroparse mutuamente. Desde dentro del PP y del PSOE (y de los demás partidos con dirigentes envueltos en casos de corrupción) los militantes y cuadros honrados, que seguro que los hay -y no pocos- deberían rebelarse y exigir a sus ejecutivas que aparten fulminantemente a los corruptos (que tienen nombre y apellido) y que dejen a los jueces trabajar en paz. Y para eso no se necesita ningún Pacto de Estado, sino la voluntad política de hacerlo. Mientras, tendrán que ser los jueces quienes nos defiendan de los corruptos.

Por eso mismo he insistido desde este blog en que la corrupción de los políticos corruptos (y de la política corrompida hecha por esos políticos corruptos) solo podrá ser realmente erradicada si es perseguida por los poquitos jueces valientes que se atrevan y resistan, aún a sabiendas de lo que les puede pasar: campañas mediáticas en contra suya acusándoles de jueces estrella, o poniendo en duda su profesionalidad y su imparcialidad, o incluso insinuando problemas psíquicos; y campañas de presión políticas/judiciales con el horizonte de su expulsión de la carrera, previa acusación, juicio y condena por prevaricación.

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