Eso dice la devota Báñez, Ministra de Empleo y Seguridad Social del Gobierno del invisible Rajoy, que este año 2013 es el último de la crisis. Qué cosas dice. Con seis millones de parados a sus piadosas espaldas no es posible que la crisis se acabe en los pocos meses que quedan de año, ni en un año, ni en dos, ni siquiera en diez. Esta crisis financiera primero y económica después, se ha enquistado como crisis social y política de la mano de este fundamentalismo neoliberal que definitiva y unilateralmente ha roto el pacto que fundamentó el Estado de Bienestar.
No será 2013 el último año de la crisis, lamentablemente. Recuperar lo que nos han quitado (no lo que hemos perdido, no: lo que nos han quitado) nos costará años, muchos años, si es que alguna vez lo conseguimos recuperar: los empleos, las casas, los derechos y todas las oportunidades que no han llegado a ser. Y la seguridad. Y muchas ilusiones. Y parte de su futuro a cientos de miles de jóvenes.
La devota Báñez puede decir misa, pero o confunde sus deseos con la realidad o simplemente nos engaña porque, si no es idiota, sabrá perfectamente que en 2014 seguirá habiendo un número indecente de ciudadanos sin empleo; que en 2014 seguirá habiendo un número indecente de ciudadanos que no cobrarán ningún subsidio de desempleo; que en 2014 seguirá habiendo un número indecente de ciudadanos que pierdan sus casas; que en 2014 seguirá habiendo un número indecente de ciudadanos viviendo en el umbral de la pobreza o en la pobreza misma; que en 2014 seguirá habiendo un número indecente de ciudadanos explotados laboralmente. 2013 no será el último año de la crisis.
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