Desde 1990, la próxima será la cuarta Ley Orgánica que
desarrolle el artículo 27 de la Constitución: la LOGSE (Ley Orgánica de
Organización General del Sistema Educativo), que fue sustituida por la LOCE
(Ley Orgánica de Calidad de la Educación) de 2002, que a su vez fue sustituida
por la LOE (Ley Orgánica de Educación) de 2006, que será sustituida por la
anunciada LOMCE (Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa) quizá en
2014. O sea, en 24 años 4 leyes distintas para organizar el sistema educativo
español.
Por si fuera poco disparate que no hayamos sido capaces de
mantener un mínimo de estabilidad en el sistema educativo (requisito siempre
fundamental para hacer un trabajo cabalmente eficaz), cabe decir que las fechas
de estas leyes son cercanas a cambios de partido en el Gobierno: la LOGSE del
PSOE de Felipe Gonázlez, la LOCE del PP de José María Aznar, la LOE del PSOE de
José Luis Rodríguez Zapatero y, ahora, La LOMCE del PP de Mariano Rajoy. Y de
sus respectivos ministros de Educación, claro está, que han querido dejar su
huella en el sistema.
Que estos vaivenes normativos -cargados siempre de tanta
buena voluntad como de cambios conceptuales, metodológicos, didácticos y de
contenidos curriculares- han sido perjudiciales para todo el sistema de
enseñanza apenas es cuestionable; que lo hemos pagado con creces los alumnos –y
sus familias- y los profesores, tampoco es muy dudoso. Éste sería el auténtico fracaso escolar: la incapacidad que ha
habido y sigue habiendo para dotarnos de un sistema de enseñanza estable,
eficaz y respetuoso para todos que se mida no solo por sus resultados
académicos.
En todos estos cambios las materias filosóficas –como otras,
sin duda- se han visto afectadas de forma relevante, pero con paciencia y
buenos argumentos mal que bien se han ido manteniendo dentro de una larga
tradición escolar. Con alteraciones y cambios en los que no merece la pena
entrar ahora, sí se ha impartido hasta ahora, de facto, un ciclo de formación
filosófica que abarca tres cursos y tres materias: la actual Educación
Ético-Cívica de 4º de ESO (antes Ética, aún antes Vida Moral y Reflexión
Ética); la actual Filosofía y Ciudadanía (antes Filosofía I, aún antes
Filosofía); e Historia de la Filosofía (antes Historia de la Filosofía y de la
Ciencia). Todas ellas comunes y, por tanto, obligatorias para todo el alumnado.
Cierto que ha habido cambios curriculares, a veces sustantivos, y cambios en la
carga lectiva, pero la estructura formal de ciclo se ha venido manteniendo.
2. LA FILOSOFÍA EN EL ANTEPROYECTO DE LA LOMCE
En el anteproyecto de la LOMCE del ministro Wert que se ha
dado a conocer, y que ya se ha elevado al Consejo Escolar del Estado, aparecen
cambios significativos con respecto a la Ley en vigor (la LOE), algunos, como
el propio ministro ha reconocido en público, estrictamente ideológicos. Otros,
se refieren a la estructura del sistema. Aún otros, a reparto de competencias.
Y, entre todos estos, cambios en las materias y en la distribución de las
materias, entre ellas las materias filosóficas.
Distingue la LOMCE entre materias troncales -que a veces llama generales-
(básicamente las instrumentales, la lengua extranjera y alguna propia de cada
itinerario), materias opcionales
troncales (que marcan el itinerario según la oferta del centro), materias específicas obligatorias
(Educación Física y Religión o Valores Éticos) y materias específicas opcionales (todas las demás que puedan
ofertarse).
Si utilizásemos esta terminología LOMCE, habría que decir
que actualmente las tres materias serían troncales o generales. Pero si miramos
el anteproyecto Filosofía aparece
como troncal en 1º de bachillerato y
como específica opcional en 4º de
ESO; la Historia de la Filosofía
aparece como específica opcional en
2º de bachillerato; y la Ética de 4º
ni aparece. Lo más cercano –que no lo es- sería la nueva Valores Éticos, específica
obligatoria en toda la ESO.
Y tal tratamiento ha provocado malestar entre los profesionales
porque aparece como insuficiente y rompe con la estructura formal de ciclo que
se había conseguido.
3. LA RED ESPAÑOLA DE FILOSOFÍA.
En mayo de 2012 se celebraron en la Facultad de Filosofía de
la Universidad Complutense de Madrid unas jornadas de debate sobre la situación
de la filosofía en el sistema educativo. Aparentemente nada nuevo, salvo que
esta vez las jornadas estaban convocadas por la Conferencia de Decanos de las
Facultades de Filosofía de España, el Instituto de Filosofía del CCHH-CSIC y la
mayoría de las asociaciones filosóficas y del profesorado de filosofía de toda
España, tanto autonómicas como de todo el Estado. Cabe decir, desde luego, que
toda la profesión estuvo representada en aquellas jornadas, que concluyeron con
los diez acuerdos básicos que se publicaron como Declaración de la Filosofía
Española (que aparece en estas misma páginas del Boletín).
Todos los intentos anteriores a éste de aunar los esfuerzos
de todos los sectores de la profesión terminaron en fracaso (por ejemplo, la
creación de una FESOFI -Federación de Sociedades Filosóficas- que apenas tuvo
recorrido). Algo ha cambiado y algo grave se ha visto para que la concurrencia
haya sido tan extensa y haya aunado a Decanos, al IF-CSIC, a profesores
universitarios y de secundaria, a asociaciones filosóficas especializadas, a
asociaciones de profesores y, últimamente, a asociaciones de estudiantes de
filosofía.
En el punto 9 de la Declaración se acuerda constituirse como
Red Española de Filosofía con el fin de defender la profesión, dotarse de un
Consejo de Coordinación, crear un espacio WEB de difusión, preparar un futuro
Congreso de Filosofía y, sobre todo, constituir tres comisiones de trabajo
para, respectivamente, a) abordar los asuntos curriculares de las materias filosóficas
en secundaria, b) estudiar la renovación de los estudios de Grado, Máster y
Doctorado, y c) perfeccionar los procedimientos y criterios de valoración de
las diferentes agencias de evaluación.
En noviembre de 2012, en el Ateneo de Madrid, los profesores
Antonio Campillo (Presidente de la Conferencia de Decanos), Esperanza
Rodríguez, José Luis Pardo y Adela Cortina presentaron oficialmente la REF.
De las tres Comisiones, la más activa y efectiva en estos
ocho meses de vida (en realidad apenas tres meses) de la REF ha sido, sin duda,
la Comisión de Secundaria. De ella han salido cartas a las autoridades
académicas, entrevistas con altos cargos del Ministerio de Educación,
entrevistas con los grupos parlamentarios del Congreso de los Diputados, comunicaciones
con el Consejo Escolar del Estado y con los Consejos Autonómicos... además de
iniciativas de movilización y difusión (pronto se verán las camisetas azules
-el azul claro tradicional de la Facultad- con el lema Quién Teme a la
Filosofía).
Particularmente fructíferas han sido las reuniones con los
grupos parlamentarios (que todos -incluido el del Partido Popular- se mostraron
receptivos con los argumentos expuestos y entendieron que no se trata de una
reivindicación corporativa, sino estrictamente académica y cultural) y, sobre
todo, con El Consejo Escolar del Estado, que ha dado resultados concretos.
Efectivamente, el CEE en el punto 53 de su Dictamen 1/2013,
de 24 de enero de 2013, referido al Apartado Veintitrés del Anteproyecto de
Ley Orgánica (Organización del segundo curso
de Bachillerato), textualmente dice: La materia de Historia de la
Filosofía ha sido una asignatura troncal en el Bachillerato hasta ahora. El
anteproyecto modifica esta consideración y esta materia ni tan siquiera es
troncal en los Bachilleratos de Humanidades y Ciencias Sociales, cuando su
aportación a la cultura media de un ciudadano es notoria. El Consejo Escolar
del Estado sugiere una reconsideración curricular de la Historia de la Filosofía
contemplándola como troncal para todas las modalidades de Bachillerato o, al
menos, exigiendo que, del bloque de materias específicas, sea obligatoria en
los Bachilleratos de Humanidades y Ciencias Sociales. Cierto que no
recoge todas las reivindicaciones planteadas, pero sí una fundamental.
Dice el anteproyecto de la LOMCE, en su Exposición de
Motivos que se busca formar personas autónomas, críticas, con pensamiento
propio. Sabemos que no solo la filosofía es útil para esos objetivos, pero
también sabemos que es particularmente útil para lograrlos. Dice la LOMCE que
la educación trasciende al sistema educativo, que es tarea de todos,
de las instituciones y de la sociedad civil, y aquí hay una muestra de
esa sociedad civil preocupada por la educación y por el futuro de los alumnos.
Dice la LOMCE la necesidad de adquirir competencias transversales, como el
pensamiento crítico, y es precisamente ese pensamiento crítico el más
distintivo de la actividad filosófica.
Ya se sabe que la Administración -sea la que sea- no
negocia: recibe, escucha, anota, evalúa y... decide lo que cree más
conveniente. Esperemos que en este caso sepan valorar la unidad de criterio de
los profesionales y decidan volver a poner en valor las materias filosóficas y
esperemos que el patrimonio cultural de la filosofía no quede al margen de la
formación de los futuros ciudadanos españoles.
* Artículo que se publicará en el Boletín del CDL Madrid de marzo en un apoyo explícito a las reivindicaciones de la REF.
He aquí el vínculo con el artículo ya publicado:
http://www.cdlmadrid.org/cdl/htdocs/boletines/ultimo/apartados/pag2.pdf
http://www.cdlmadrid.org/cdl/htdocs/boletines/ultimo/apartados/pag2.pdf
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