No pienso gastar ni un minuto en comentar la mala baba del tal Juan Rosell, patrono de los patrones, que solo merece desprecio.
Otra fundamentalista del liberalismo, la condesa/headhunting, Aguirre, además de dedicarse a cazar talentos -no sé en qué horario, por cierto- sigue ejerciendo de condesa/presidenta del PP de Madrid y metiendo el dedo en el ojo de Rajoy, el invisible, cada vez que puede, como anteayer en la reunión del comité de dirección del PP de Madrid en la que aprovechó para arremeter contra Mato, Cospedal y Botella (o sea, implícitamente contra el invisible Rajoy). Y, claro, parece que en el PP no están hoy muy contentos con ella.
Ya un día antes se había autopostulado para la regeneración democrática que necesita el país (¡socorro!). Y desde que estalló el escándalo de la B de Bárcenas muchos han entendido que ella podía estar cerca de la garganta profunda o detrás de la filtración con la esperanza de obtener los réditos políticos de la caída de Rajoy, el invisible. Aunque otros, en cambio, entienden que no tiene ninguna posibilidad de ser el relevo de Rajoy, el invisible, y piensan más en un tecnócrata, un Monti español (y ya circulan quinielas con nombres concretos).
¿Y si la condesa/cazacabezas lo que va buscando es su salida del PP -su expulsión- antes de que el Partido de hunda por completo? ¿Y si la operación tiene por objetivo fundar un nuevo partido a su imagen y semejanza ultraliberal y neoconservadora (o neoliberal y ultraconservadora, que tanto da) después de desmantelar a un PP acorralado y sobrecogido por las sospechas? ¿Y si ya tiene un Monti/Pizarro como sustituto?
Mientras, el heredero/Presidente, González González, se podrá fumar un puro -como los del invisible- a la salud del gobierno en algún casino del Eurovegas/Alcorcón antes de irse de finde a su casita Marbellí.
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