Los dos artículos que siguen fueron publicados en ElPlural.com el uno de enero de 2009 y de 2011 respectivamente. Ambos tratan de lo mismo, la muerte de mujeres por la violencia de género, esa violencia doméstica que parece no somos capaces de erradicar, que es una batalla perdida. Pero en algún momento habrá que poner fin a esta salvajada con hechos. Aún así, hay que seguir intentándolo sobre todo no mirando hacia otro lado los familiares, los amigos, los vecinos... Y con la educación, con un esfuerzo educativo que vaya más allá de las aulas: a las casas, a las calles, a la tele, a la red, a las redes... que machaconamente insista en los mismos mensajes: nadie es dueño de nadie; menospreciar, amenazar, insultar, empujar, pegar no son pruebas de amor, sino de desamor; es imprescindible denunciar si hay amenazas, si hay agresiones, y no quitar la denuncia, etc. Estamos viendo estos días cómo, otra vez, se acumulan las muertes o las agresiones graves. ¿Hasta cuándo?
1. TERRORISMO DOMÉSTICO *
Hay una
banda terrorista en España que provoca todos los años alrededor de 70 muertes;
una banda criminal que con cierta impunidad amenaza, acosa y asesina a sus
víctimas haciendo reales unas muertes la mayoría de las veces anunciadas y
previsibles; una banda cruel que se nutre de una ideología totalitaria y se
aprovecha de la cobardía de unos y el mirar hacia otro lado de otros para
actuar; una banda asesina que comete sus crímenes en la intimidad del hogar
familiar.
Los miembros
de esta banda abominable no se conocen entre sí, pero actúan movidos por la
misma ideología androcéntrica, patriarcal y machista transmitida desde hace
siglos que les hace sentirse dueños de su familia, de su mujer, de sus hijos y de
su casa; una ideología sustentada en la tradición de la autoridad y la
propiedad familiar no compartidas que ni concibe ni acepta la igualdad de su
pareja.
Como todos
los terroristas, los despreciables miembros de esta banda se mezclan con el
resto de la población haciendo vida normal y se presentan como vecinos amables,
compañeros de trabajo solidarios, amigos fieles y parientes cariñosos,
escondiendo a los demás lo que clandestinamente son: depredadores que pretenden
imponer a otro (su mujer, su pareja, su ex mujer, etc.), por medio del terror y
la violencia, lo que debe sentir, pensar y hacer, y matan si no lo consiguen.
Y como todos
los terroristas también éstos miserables se viven cargados de razón, justifican
sus crímenes en las supuestas afrentas que sus víctimas les han causado y
actúan con la cobardía de quienes, armados, se saben más fuertes que sus
asesinadas desarmadas para defender su amanerada hombría.
La Ley
Orgánica de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género, de
diciembre de 2004, no está siendo eficaz. Es cierto que, por ser integral,
buena parte de sus contenidos (de sensibilización social, de educación, de
coordinación, etc.) se alcanzarán, si es que ocurre, con el paso de los años,
pero también es cierto que, desde 2005, han muerto más de 250 mujeres por este
tipo de violencia.
Da vértigo
pensar cuántas mujeres, ahora mismo, están siendo maltratadas en sus hogares y
acosadas por sus ex parejas; cuántas de ellas estarán en las estadísticas de
muertes por violencia de género en 2009. Y repugna imaginar cuántos de estos terroristas
están entrenándose ahora mismo para cometer sus crímenes.
2. OTRAS 71 MUJERES MUERTAS **
Para 71
mujeres el 2010 no ha sido el año de los recortes sociales, ni el del paro, ni
el de la crisis económica, sino el año de su muerte a manos de su pareja o ex
pareja. Algo más de la mitad, estaban casadas con su agresor; el 62% vivía con
él (casada o en una relación de hecho); sólo 20 de ellas le habían denunciado.
Estos datos tremendos lamentablemente son similares a los de los últimos cinco
años: 343 mujeres muertas; casi 69 al año; una cada cinco días. Y, más
lamentable aún, nada hace pensar que los datos al final de este año que empieza
ahora serán mejores y mucho me temo que cuando llegue el próximo diciembre
volveremos a contar cifras parecidas.
Pero detrás
de esas cifras hay personas. Mujeres que soportan el insulto, el desprecio, el
maltrato, el empujón, la bofetada, la paliza de unos miserables y cobardes;
hombres tan inseguros de su hombría que necesitan demostrarse que lo son ejerciendo
el papel más despreciable del estereotipo androcéntrico, el del machito chulo
que transforma su impotencia en agresión para soportarse a sí mismo, el de
quien se cree dueño de su mujer y de sus hijos, como si fueran su casa y su
coche.
Entre todos
los datos que figuran en el resumen que ha publicado la Secretaría de Estado de
Igualdad hay uno que muestra bien la cobardía de estos amanerados: 28 de ellos
intentaron suicidarse tras matar a su víctima, aunque sólo lo consiguieron 12.
Los otros 43 ni siquiera tuvieron el valor de intentarlo.
¿Cómo hacer
entender que nadie puede ser dueño de nadie? ¿Cómo hacer entender que nadie
tiene poder sobre los sentimientos de nadie? ¿Cómo hacer entender que mi mujer
no significa la mujer de mi propiedad, sino la mujer que está conmigo porque
así lo quiere ella? ¿Cómo hacer entender
que el maltrato es incompatible con el amor? ¿Cómo hacer entender que el primer
empujón es ya un aviso claro de lo que puede llegar a ser?
* Publicado en ElPlural.com Opinión. Vaca Multicolor. 01.01.2009
** Publicado en ElPlural.com. Opinión Tibuna Libre. A Lomos de Una Pantera. 01.01.2011