Nadie puede negar que el Consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid, el ideólogo Fernández-Lasquetty, del PP, se preocupa por la salud, como es su obligación de Consejero de Sanidad. El problema es que la salud que le preocupa es la de los negocios, como parece que es su obligación de neoliberal activo.
Porque es muy evidente que la salud de las empresas concesionarias de la gestión de los hospitales públicos -o sea, del funcionamiento real de los hospitales- va a mejorar mucho con el pelotazo sanitario que van a conseguir con la externalización diseñada por el gobierno del heredero/Presidente González González. Como es evidente que el levantamiento de la prohibición de fumar en los locales de Eurovegas (o como se termine llamando el conjunto de casinos y habitaciones con vistas -y otras atractivas actividades- que Sheldon Adelson va a instalar en Alcorcón) va a ser muy beneficioso para la salud de su cuenta de resultados.
El Consejero/ideólogo (o al revés, no sé) Fernández-L ha defendido la necesidad de que se permita fumar en esos locales por el empleo que va a generar. O sea, que para éste es más importante la inversión que la salud corporal de los visitantes y, sobre todo, de los trabajadores, que conseguirán trabajo (si es que eso ocurre) pero tendrán que joderse y aguantar el humo del tabaco, que para eso cobran.
No sé si es consciente el Sr. Consejero de Sanidad de que si efectivamente levantan la prohibición de fumar en los casinos y las otras dependencias placenteras de la cosa esa, andando el tiempo algún trabajador afectado gravemente en su salud pudiera denunciar al Gobierno que tomó la decisión y a quienes instigaron a ello. En el país del Tea Party ya estarían tentándose la ropa. ¿El heredero/Presidente González González le mantendrá como Consejero de Sanidad después de esta defensa pública del tabaco? Pues seguro que sí porque, a sus ojos, cumple a rajatabla con su verdadera obligación.
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