
Ese puede ser el mecanismo que está detrás de este revival moral y social que está haciendo el PP del invisible Rajoy, llevándonos a un pasado tan pasado que cuando era presente ya olía a rancio. O el engranaje que hace a algunos pedir la vuelta de González, para sacar al socialismo de su nada. O la cuerda que le ha hecho a Aznar querer estar presente cuando ya es pasado (y bien pasado). Pero ni es posible la marcha atrás, ni se puede congelar el tiempo.
Cuando todo parece desmoronarse y el futuro se adivina lleno de escombros no es sensato rescatar de los trasteros las gastadas herramientas, sino buscar -o inventar si es preciso- las más ajustadas al problema de hoy. Que el invisible Rajoy y el empecinado Rubalcaba no funcionan y todo se les viene abajo es evidente para todos (menos para ellos mismos y sus espejos). Que sus recambios no son González y Aznar seguramente también lo es para todos (hasta para ellos mismos).
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