Se queja Frau Merkel, la Canciller de la cada vez más rica Alemania, de que los ricos de los países con más crisis no se impliquen para salir de ella: los ricos en los países más afectados por la crisis podrían ser muy útiles si se comprometieran más, ha dicho. Y es verdad. Pero es tan bobo decirlo como utópico esperarlo: los ricos lo son precisamente porque hacen exactamente lo contrario, o sea, aprovecharse de la crisis para ser más ricos.
Y eso lo debería saber bien la Frau neoliberalen porque eso es lo que manda hacer ella en Europa: que la rica Alemania se aproveche de la crisis y de la pobreza de los más desfavorecidos de la Unión para hacerse aún más rica. O sea, que la paja que ve no le deja ver la viga que tiene (amén), porque lo que ha dicho bien se lo podía aplicar a su país: la rica Alemania en la Europa afectada por la crisis podría ser muy útil si se comprometiera más. ¿Qué tal?
Pero no va a ser así. Al contrario, Frau ricachona se permite sugerir que la precariedad laboral que se va imponiendo a los jóvenes se extienda a todo el mercado laboral, para hacer un crecimiento sostenible. Se le pasó decir crecimiento sostenible de la riqueza en Alemania y crecimiento sostenible de la pobreza en el sur de Europa. Creíamos que aquí eso ya había ocurrido (que la precarización de las condiciones laborales ya es casi universal), pero, cuidado, que la que mueve las cuerdas quiere dar más tirones.
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